Las anomalías congénitas de los anillos vasculares son el resultado de un desarrollo anómalo de los arcos aórticos embrionarios. Este desarrollo anormal puede resultar en un atrapamiento de la tráquea y el esófago por vasos sanguíneos y estructuras asociadas. Siete tipos de anomalías vasculares han sido descritas en perros y gatos1. La persistencia del cuarto aórtico derecho supone el 5.3% de las patologías cardiacas congénitas en gatos, la doble anomalía vascular está descrita puntualmente en algunos casos clínicos aislados2. A continuación se expone un caso clínico de un gato con presencia de un cuarto arco aórtico derecho persistente con ligamento arterioso izquierdo y arteria subclavia izquierda aberrante que acudió a consulta por pérdida de peso y regurgitaciones, resuelto mediante técnica quirúrgica.
El paciente es una gata Bosque de Noruega, esterilizada de 1 año de edad. Acudió a consulta debido a una sintomatología crónica de vómitos, tos y pérdida de peso. A la exploración no presentaba alteraciones excepto un pliegue cutáneo persistente por deshidratación, la auscultación cardiaca y torácica eran normales. La analítica sanguínea no reveló ninguna alteración. Se realizaron radiografías de tórax, en la dorso-ventral se observó un aumento de opacidad mediastínica y desviación de la tráquea hacia la izquierda. Este aumento de opacidad también se observó en la proyección latero-lateral, craneal a la silueta cardiaca. Para poder delimitar el esófago se administró contraste de bario mezclado con comida, en bipedestación realizando radiografías seriadas y observando una dilatación esofágica severa craneal a la silueta cardiaca y un retraso en el tránsito esofágico. Posteriormente se realizó un TAC de tórax con contraste observando un desplazamiento del arco aórtico hacia el lado derecho que continuaba descendiendo por el mismo lado. También se observó la arteria subclavia izquierda con recorrido desde el arco aórtico derecho hacia el hemitórax izquierdo rodeando el esófago. Esta dilatación esofágica y el posicionamiento anómalo de la aorta producían una compresión severa y desviación ventral de la tráquea. Se planificó su tratamiento quirúrgico. Primero se realizó una esofagoscopia para vaciar el esófago del contenido alimenticio. Durante el vaciado se pudo identificar la presencia de un tricobezoar de grandes dimensiones. Posteriormente se realizó una toracotomía lateral a nivel de 5º espacio intercostal izquierdo. Se identificó el anillo constrictor esofágico compuesto por el ligamento arterioso izquierdo y la arteria subclavia izquierda, que fueron aislados y seccionados liberando el esófago. Para finalizar se colocó un tubo de alimentación esofago-gástrico. Tras dos días de hospitalización se dio de alta con metoclopramida para facilitar el vaciado gástrico (0.3 mg/kg/12h), cefalexina (22 mg/kg/12), meloxicam (0.05 mg/kg/24h), ranitidina (1mg/kg/12h) durante una semana y alimentación líquida por sonda. Transcurridas 3 semanas se comenzó con alimentación oral líquida. Una semana más tarde se retiró la sonda esofago-gástrica. Mediante revisión radiográfica se observó que ya no se producían acúmulos de alimento anormales en el esófago, las regurgitaciones cesaron y había ganado peso.
Las anomalías de los anillos vasculares son patologías cardiovasculares raras en perros. La más común es la persistencia del arco aórtico derecho con ligamento arterioso izquierdo, pero han sido descritas otras anomalías vasculares que resultan en una comprensión traqueoesofágica 3. Estas se clasifican en siete tipos subdivididas en tres grupos. El primer grupo encuadra a la persistencia del cuarto arco aórtico derecho con: ligamento arterioso izquierdo (tipo I), arteria subclavia izquierda aberrante (tipo II) o ambas (tipo III). En otro grupo se encuentran la persistencia del doble arco aórtico (tipo IV). El último grupo engloba las anomalías con un arco aórtico izquierdo normal con: persistencia del ligamento derecho (tipo V), arteria subclavia derecha aberrante (tipo VI) y por último la presencia del ligamento derecho y de la arteria subclavia derecha aberrante conjuntamente (tipo VI) 4. El incremento de la disponibilidad de técnicas de imagen avanzadas como el TAC permite la identificación de numerosas anomalías vasculares aportando información esencial acerca de la anatomía cardiaca y así facilitando la planificación quirúrgica5. El tratamiento consiste en identificar y eliminar quirúrgicamente las estructuras que causan la constricción esofágica como el ligamento arterioso izquierdo o en casos más raros la arteria subclavia izquierda, un ductus arterioso o el arco aórtico derecho o izquierdo en caso de doble arco aórtico. Se han realizado estudios a largo plazo en animales sometidos a cirugía obteniendo resultados muy variables. La persistencia de dilatación esofágica y regurgitaciones después de la cirugía se describen como las principales complicaciones. Se sugirió que el grado y la duración de la constricción esofágica estaban relacionados con el pronóstico. Sin embargo un estudio más reciente sugiere que la correlación entre el pronóstico a largo plazo y el momento de la cirugía del cuarto arco aórtico derecho persistente no es significativo pero el efecto del grado de compresión esofágica no ha sido investigado 1. En cualquier caso, el TAC facilita el diagnóstico de las anomalías de los anillos vasculares y siempre se recomienda su tratamiento quirúrgico.