Título:
DERMATITIS VESÍCULO-PUSTULAR EN UN PERRO CON MOQUILLO
Tipo:
Casos clínicos
Formato:
Oral
Área temática:
Dermatologia
Instituciones:
(1) Universidad CEU Cardenal Herrera
(2) Mediterrani Veterinaris
Autores:
Eliseo A. Zuriaga Sanchis (1)
Estefanía Montero Cortijo (1)
Annabel Dalmau López (2)
Fecha:
Sábado, 21 2018
Hora:
13:15 - 13:30
Sala:
BURGOS
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Ponencia:
INTRODUCCIÓN

El moquillo canino es una enfermedad causada por un paramixovirus que cursa con graves trastornos respiratorios, digestivos y neurológicos, pero que además puede producir lesiones de piel en algunos animales1.

            La manifestación cutánea clásica del moquillo es una hiperqueratosis nasal y de las almohadillas plantares de diversa gravedad1. Sin embargo, también se ha asociado el moquillo canino a la aparición de dermatitis vesículo-pustular2.

            En nuestro caso describimos precisamente esta presentación vesículo-pustular en un paciente con moquillo.

 



DESCRIPCIÓN DEL CASOS/S CLÍNICO/S

Se presenta a consulta Escocia, una perra, hembra entera, de raza Galgo Español, adulta de unos 4 años de edad. Fue recogida de la calle hace menos de 2 meses por una protectora, momento en el que la perra estaba caquéctica, alopécica, con una pulicosis severa y con diarreas severas. No está vacunada ni desparasitada inicialmente, pero luego la desparasitan con una isoxazolina PO para la pulicosis. En mes y medio se recupera, pero siempre ha continuado con diarrea leve. 2-3 semanas antes de llegar a nuestro centro, uno de los perros de una dependencia contigua comenzó con toses, y enseguida ella también. La trataron con enrofloxacina PO durante 4-5 días resolviendo las toses.

            Unos 5 días antes de acudir a nuestro centro comienza con debilidad y convulsiones. Queda ingresada en un hospital veterinario donde realizan analíticas sanguíneas con serología negativa frente a Leishmania, Ehrlichia, Ricketssia y Moquillo, además de bioquímica y hemograma totalmente normales. Tras 4 días ingresada, sin control de los episodios convulsivos que cada vez son más intensos, repiten analíticas sanguíneas en las que se aprecian alteraciones en la bioquímica (hipoalbuminemia e hiporpoteinemia) y el hemograma (anemia). Además, en los últimos días comienzan a aparecerle pústulas en la piel. En este punto se decide remitir a nuestro centro.

            La perra se mantiene sedada (con propofol) durante su ingreso para el control de las convulsiones. En la exploración física general se observa hipotermia y temblores.

            En la exploración cutánea se observan muchas pústulas (algunas tan grandes que son ya vesículas), alopecia multifocal, erosiones, úlceras, eritema, exudación y escasas costras, no pruriginoso, de distribución generalizada multifocal preferentemente en tronco y extremidades proximales, presentando las almohadillas normales. Se establece un patrón dermatológico vesículo-pustular asociado a signos sistémicos.

            Como diagnóstico diferencial, teniendo en cuenta la historia clínica (posible contagio por convivencia con animales enfermos y ausencia de medicina preventiva) y la sintomatología (tanto la sistémica, cuadro respiratorio previo y neurológico y cutáneo posterior), se sospecha de moquillo como diagnóstico más probable, siendo también posible el de pioderma secundario, dermatofitosis o pénfigo foliáceo.

            Se realizan citologías de las pústulas intactas en las que se observa un exudado inflamatorio neutrofílico con pocos macrófagos y alguna célula acantolítica, y con presencia de bacterias (cocoides) tanto en el fondo de la muestra como fagocitadas por neutrófilos.

            En el análisis sanguíneo hay alteraciones en hemograma (anemia normocítica y normocrómica no regenerativa) y bioquímica (hipoalbuminemia, hipoproteinemia, hipocllesterolemia e hiperfosfatemia) no muy severas.

            En las radiografías, ecografías y TAC, tan solo se vio una disminución de la motilidad intestinal.

            También se tomaron muestras cutáneas para su estudio histopatológico, observándose en la epidermis zonas de costras, úlceras, y pústulas subcorneales. Había presencia de edema intercelular (espongiosis), intracelular (degeneración baloniforme), e infiltrado inflamatorio (exocitosis) de moderado a severo de linfocitos, células plasmáticas, neutrófilos y macrófagos. En alguna zona se observó la infiltración de eritrocitos en epidermis. También se evidenció infiltrado inflamatorio en la zona de interfase y en la dermis profunda, y en algunas zonas de incontinencia pigmentaria. En la dermis se observó congestión severa y hemorragia. El diagnóstico histopatológico fue una dermatitis pustular y ulcerativa consistente con una pioderma profunda.

            Se procedió también a la toma de muestra de Líquido Cefalorraquídeo (LCR), que posteriormente se analizó mediante PCR de moquillo que salió positiva.

            La perra falleció a los 4 días de estar ingresada en la UCI, a pesar de todos los cuidados recibidos, justo cuando llegaba el resultado de la PCR positivo a moquillo.



DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Se presenta un caso de dermatitis vesículo-pustular en un perro con moquillo, que es una enfermedad en la que, aunque están descritas las afecciones cutáneas, éstas son muy poco frecuentes.

            El cuadro vesículo-pustular descrito en la bibliografía es comparado al de una enfermedad inmunomediada, con una localización alrededor de ojos, nariz y boca1,2, que no coincide con la distribución de lesiones de nuestro caso. Tampoco son coincidentes los resultados de las biopsias de piel, puesto que no se hallaron cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos en las células epiteliales de las pústulas.

            A pesar de estas diferencias, se sospechó de moquillo canino como responsable (directo o indirecto) del cuadro cutáneo por la concurrencia de los signos sistémicos, y por el descarte del resto de diferenciales (que hubiesen sido confirmados en el estudio histopatológico).

            Los hallazgos encontrados, tanto histopatológicos como en la citología, sugieren que las pústulas pueden ser consecuencia de un pioderma secundario. De hecho, en un artículo reciente se menciona la posibilidad de que en animales con moquillo pueda presentarse una dermatitis pustular debida a pioderma secundario3. Queda la incógnita de si el pioderma secundario se produce por el grave compromiso del animal enfermo de moquillo, o bien porque el virus se replica en los queratinocitos de la piel favoreciendo la colonización bacteriana.

            Para comprender como afecta el virus del moquillo a la piel de los perros sería necesario el estudio de más casos como el presente.



BIBLIOGRAFÍA

1.- Dermatosis causadas por virus, rickettsias y protozoarios. En Miller WH, Griffin CE, Campbell KL. Dermatología de Animales de Compañía. 7a ed. Elsevier. 2013.

2.- MAEDA H, OZAKI K, TAKAGI Y, SAWASHIMA K, NARAMA I. Distemper Skin-Lesions in a Dog. J Vet Med Ser A-Physiol Pathol Clin Med 1994 APR;41(3):247-250. 

3.- Wiener DJ, Welle MM, Origgi FC. Cutaneous lesions associated with dual infection caused by canine distemper virus and orthopoxvirus in a domestic cat. Vet Dermatol 2013 OCT;24(5):543-e130.