Título:
Agresividad interespecífica en un cerdo miniatura
Tipo:
Casos clínicos
Formato:
Oral
Área temática:
Etología (GrETCA)
Instituciones:
(1) Ethogroup - Instituto de Etología Clínica
(2) Ethoclínic Valencia - Centro Veterinario integral La Cañada
(3) Universidad Autónoma de Barcelona
Autores:
Elena Garcia Callado (1)
Patricia Darder Sole (1)
Juan Argüelles (2)
Jaume Fatjó Ríos (3)
Fecha:
Viernes, 20 2018
Hora:
12:10 - 12:30
Sala:
LAS PALMAS I
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Ponencia:
INTRODUCCIÓN

Los cerdos como animal de compañía se popularizaron a partir de los años 80, sobre todo en Estados Unidos1. A menudo estos animales son adquiridos sin valorar por parte de los propietarios si podrán satisfacer sus necesidades de comportamiento y sin conocer la envergadura en edad adulta1. En ocasiones, se incorporan a entornos en los que ya viven perros sin tener en cuenta las enormes diferencias entre ambas especies que podrían considerarse como depredador y presa. Estas condiciones muy frecuentemente derivan en problemas severos de bienestar y en el abandono de animales2.



DESCRIPCIÓN DEL CASOS/S CLÍNICO/S

Una cerda miniatura (Sus scrofa), de 3’5 meses de edad es presentada por un problema de agresividad hacia los perros de la familia, dos labradoras de 4 años y un bulldog inglés de 9.

Vive en una casa con jardín en una zona urbana, el acceso al exterior es restringido y en el interior únicamente puede permanecer en la cocina. En la vivienda conviven una mujer de mediana edad, su hija y personal de servicio que atienden los animales. La cerda llegó al hogar como un regalo inesperado al mes de edad, se desconoce su origen.

Según la historia clínica, el problema empezó a la llegada de la cerda a casa, con 1 mes de edad. Agredía tanto a las personas que se acercaban como a los perros. En una primera etapa, los perros ignoraban la conducta de la cerda pero con las repeticiones de los episodios agresivos empezaron a aparecer respuestas agresivas en los perros hacia la cerda.

En el momento de la visita, cerda y perros no pueden convivir en una misma habitación pero sí se toleran en el entorno exterior y la cerda ya no muestra agresividad hacia las personas. Ésta se muestra incluso sociable con las personas en momentos puntuales, aunque no tolera las caricias a demanda de los propietarios.

En el centro referente se ha examinado a la cerda y se han proporcionado a los propietarios las claves para el cuidado de la salud del animal.

Se diagnostica a la cerda un problema de agresividad por miedo hacia los perros e intolerancia a la manipulación. Asimismo, se determina que el entorno en el que es mantenida no es adecuado a las necesidades de la especie porcina, si no que están aplicando un modelo de manejo idéntico al que aplican a los perros de la familia. Se descartan otros problemas de comportamiento como eliminación inadecuada o conductas repetitivas.

El tratamiento consiste en aportar información detallada sobre las necesidades de comportamiento de la  especie a los propietarios, un protocolo completo de enriquecimiento ambiental, con una atención especial a las conductas propias de la especie y la adecuación de los espacios exteriores para mejorar el bienestar. Se recomienda a los propietarios la realización de sesiones de modificación de conducta para moldear la interacción entre los perros y la cerda y permitir alternativas de comportamiento a las interacciones agresivas. Se desaconseja que los animales tengan contacto en espacios interiores hasta haber aplicado las pautas anteriores y se advierte de la enorme peligrosidad de dejarlos sin supervisión, así como del uso de castigo para reducir los episodios agresivos.

En los controles telefónicos posteriores a la primera visita para supervisar la aplicación del protocolo de enriquecimiento y agendar las sesiones de modificación de conducta los propietarios manifiestan que no han aplicado las indicaciones facilitadas. La agresividad de la cerda hacia los perros y viceversa se mantiene, por lo que evitan el contacto entre ellos. 



DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los cuidados necesarios de una especie poco común como animal de compañía son a menudos desconocidos para propietarios que adquieren al animal de forma poco meditada o en forma de un regalo1. Esta situación suele derivar en la imposibilidad por parte del animal de manifestar necesidades de comportamiento como el hozar en la especie porcina, generando problemas de comportamiento y bienestar. Además, la convivencia entre especies con etogramas muy distintos3,4 debido a su naturaleza como depredadores o presas puede generar problemas de bienestar, incluso de seguridad en interacciones amistosas como el juego.

Los errores de manejo de animales de compañía poco habituales podrían relacionarse con diversos factores como el desconocimiento de las necesidades de la especie, las limitaciones económicas y la falta de encaje entre aquello que el propietario espera de la relación con el animal y aquello que es biológicamente posible. También es importante recordar que la tenencia de un animal de compañía supone un coste para el propietario, tanto por lo que se refiere a los aspectos económicos, como de impacto en la calidad de vida5. En este caso clínico el mal manejo no se debe a la falta de información si no a una falta de adherencia al tratamiento proporcionado, probablemente porque éste va en contra de la expectativa de relación que tenían los propietarios con la cerda, a la que ven como un perro, y en segundo lugar porque supone un incremento adicional del coste percibido.

 La conclusión de este caso clínico es que la tenencia responsable de cerdos en entorno doméstico es muy exigente para el propietario por lo que no se recomienda la adopción de animales de estas especies. 



BIBLIOGRAFÍA

1. V. Tynes. Behavior of miniature pet pigs. Vet Clin of North Am 2001:Exotic Anim Pract 4:No 3:713-734

2. V. Tynes, L. Hart, J. Bain. Human-directed aggression in miniature pet pigs. J Am Vet Med Assoc;2007;30:385-389

3. S. Mills, M. Klaffenböck, I. Macleod and A. Burnett. Evidence for litter differences in play behaviour in pre-weaned pigs. Appl Anim Behav Sci 2015: Nov: 172: 17-25 doi:  10.1016/j.applanim.2015.09.007

4. Bekoff , M. (1995). Play signals as punctuation: the structure of social play in canids. Behaviour, 132(5), 419-429.

5. Calvo P, Bowen J, Bulbena A, Tobeña A, Fatjó J (2016) Highly Educated Men Establish Strong Emotional Links with Their Dogs: A Study with Monash Dog Owner Relationship Scale (MDORS) in Committed Spanish Dog Owners. PLoS ONE 11(12): e0168748. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0168748