Título:
MALFORMACIONES COMPLEJAS QUE AFECTAN A LA ESTRUCTURA OSEA ATLANTOAXIAL EN PERROS Y GATOS
Tipo:
Comunicaciones Libres
Formato:
Oral
Área temática:
Neurología
Instituciones:
(1) Hospital Veterinario VETSIA
(2) AUNA Especialidades Veterinarias
(3) Hospital Clínico Veterinario - Universidad Alfonso X el Sabio
Autores:
Tomas Elvira (1)
Gema Aranda (2)
Alejandro Lujan (2)
Isidro Mateo (3)
Fecha:
Sábado, 21 2018
Hora:
18:30 - 18:45
Sala:
LEON
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Ponencia:
OBJETIVO DEL ESTUDIO

Las alteraciones de la articulación atlantoaxial (AA) comprenden diversas patologías que afectan a los tejidos blandos (ligamento atlantoaxial dorsal y cápsula articular entre otros) y óseo de dicha articulación. El compromiso de los primeros segmentos medulares y/o sus raíces nerviosas puede dar lugar a una sintomatología fácilmente reconocible.1,2 En la mayoría de las ocasiones la compresión medular está causada por una inestabilidad articular, lo que da lugar a un desplazamiento dorsal del cuerpo del axis sobre el atlas. Este fenómeno se produce fundamentalmente en animales jóvenes y generalmente se debe a defectos en el diente del axis (agenesia, hipoplasia o no unión).1 De manera ocasional también se han descrito malformaciones que afectan a la articulación occipitoatlantoaxial de perros y gatos y cuya semiología clínico-radiológica y sus causas aún no están bien determinadas.2,3

El objetivo del presente artículo es la descripción de los hallazgos clínicos y radiológicos en 4 perros y 2 gatos con diferentes malformaciones congénitas que afectan a las estructuras óseas de la articulación AA y que no se debían exclusivamente a defectos en la formación del diente del axis. 



MATERIAL Y MÉTODOS

Se revisaron retrospectivamente los registros clínicos y radiológicos de pacientes con alteraciones congénitas óseas atlantoaxiales complejas. Se consideró que un paciente padecía una malformación compleja cuando, independientemente de la existencia de una afección del diente del axis (hipoplasia/agenesia o no unión), existiese alguna otra malformación en atlas o axis.

Se recogieron los datos de las reseñas (raza, edad, género, peso corporal), sintomatología clínica y forma de presentación y duración de los síntomas clínicos asociados o no a la malformación.

Todos los pacientes fueron evaluados mediante radiología convencional y TC. El estudio se complementó con mielo-TC en tres de ellos y con RM en dos. Los hallazgos radiológicos de los pacientes fueron revisados, definiéndose si existía o no patología del diente del axis, tipo de patología del diente del axis (agenesia/hipoplasia, deformación o no unión), inestabilidad articular (definida por desplazamiento del cuerpo o lámina del axis con respecto al atlas en proyecciones radiográficas neutras y en estrés), hipertrofia del ligamento atlantoaxial dorsal con o sin compromiso medular (evidenciada mediante mielo-TC o RM) y finalmente, malformaciones del atlas. 



RESULTADOS

Se incluyeron 6 animales en el estudio: 4 perros (2 machos y 2 hembras) y 2 gatos (machos). La edad de los pacientes estaba comprendida entre 4 meses y 9 años y las razas representadas fueron Schnauzer miniatura, Cocker spaniel, mestizo de Border collie, Caniche toy y común europeo (2).

La duración de la sintomatología en todos los casos fue menor a 7 días desde el inicio de la misma hasta el diagnóstico y los signos neurológicos eran únicamente de dolor cervical en los dos perros de mayor edad (8 y 9 años). Otros dos perros (de 2 y 4 meses de edad) manifestaban dolor y tetraparesia ambulatoria severa. En un gato (7 meses) los signos clínicos consistieron en tetraparesia no ambulatoria con nocicepción. En el otro gato (1,5 años) la malformación fue un hallazgo accidental mientras se realizaba un estudio de cráneo por convulsiones.

En ninguno de los gatos existieron evidencias de inestabilidad articular, mientras que en dos perros se apreció desplazamiento del cuerpo de axis con respecto al atlas en los exámenes radiográficos en estrés. La presencia o ausencia de inestabilidad no se relacionó con la forma de presentación de los síntomas clínicos. En los perros de mayor edad los síntomas aparecieron presumiblemente por cambios degenerativos secundarios a la malformación atlantoaxial, mientras que en dos pacientes la sintomatología se desencadenó tras un traumatismo. En un perro los síntomas se relacionaron con la inestabilidad sin antecedentes de traumatismo.

Cuatro de los animales (2 perros y 2 gatos) presentaban defectos en la formación del atlas (de la mitad izquierda en uno y en la fusión del arco en tres). En dos de estos pacientes los cambios se asociaron a defectos en la formación de la apófisis espinosa del axis (no unida en su aspecto dorsal), en otro a una deformación del cuerpo del axis y en otro asociado a un defecto en la fusión de los pedículos. En un paciente el cuerpo del atlas manifestó un defecto de osificación ventral. En los dos perros de mayor edad la malformación se restringió únicamente al cuerpo del axis y los signos clínicos se atribuyeron a los cambios degenerativos hipertróficos producidos por inestabilidad articular. El diente del axis estaba fragmentado en dos perros, deformado en un perro y un gato y era normal en los dos pacientes restantes.



DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En la literatura veterinaria las descripciones de malformaciones complejas que afectan a la articulación AA de perros y gatos lo hacen en el contexto de patologías occipito-atlanto-axiales, donde el compromiso medular asociado da lugar a sintomatología clínica habitualmente antes del año de edad.2-4 Todos los casos descritos previamente describen deformidades del occipital, habitualmente fusionado con el atlas y con luxación AA asociada, que es la causante final de los signos clínicos.3,4 Cabe destacar que en los dos pacientes en los que la malformación no implicaba al atlas, el occipital tampoco lo estaba.

Los casos aquí descritos amplían el espectro de  presentación, tanto clínico como radiológico de las malformaciones que afectan a la articulación AA. Cabe destacar que cuatro de los pacientes manifestaron sintomatología clínica siendo adultos, y que la edad de presentación de la sintomatología clínica no se asoció a la existencia de inestabilidad articular pero si a los cambios secundarios degenerativos en dos de ellos, hallazgo ya descrito previamente.5

BIBLIOGRAFÍA
  1. Slanina M. Atlantoaxial instability. Vet Clin North Am Small Anim Pract 2016;46:265-275.
  2. Loughin CA, Marino DJ. Atlantooccipital Overlap and Other Craniocervical Junction Abnormalities in Dogs. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2016;46:243-251
  3. Petite A, McConell F, De Stefani A, McKee M, Dennis R. Congenital occipito-atlanto-axial malformation in five dogs. Proceedings of the European Association Veterinary Diagnostic Imaging Annual Conference. Svolvaer, Norway, 2008.
  4. Jaggy A, Huto VL, Roberts RE, Oliver JE. Occipitoatlantoaxial malformation with atlantoaxial subluxation in a cat. J Small Anim Pract 1991;32:366-372.
  5. Orlandi R, Cloquell A, Vazquez F, Mateo I. Dorsal atlantoaxial ligament hypertrophy as a cause for clinical sings in dogs with instability due to dens malformation. Proceedings of European Society of Veterinary Neurology Annual Symposium. Helsinki, Finland, 2017.