Las enfermedades orbitarias son poco frecuentes en el perro1,2. La proximidad de la cavidad oral y nasal, raíces dentarias y senos paranasales hace susceptible la extensión de cualquier patología hacia la pared orbitaria1.
En pequeños animales las neoplasias retrobulbares son inusuales representando el 4% del total de tumores 2,3. Aparecen de manera primaria, intra o periocular, o secundaria debido a la proximidad de estructuras o metástasis distal1. No está descrito la predisposición racial, de edad y género1,2,3. Los signos clínicos más habituales son: exoftalmia, hiperemia conjuntival, protrusión de la membrana nictitante, queratitis de exposición por lagoftalmia y alteraciones en el fondo ocular3.
El diagnóstico definitivo se realiza mediante pruebas de imagen y estudio citológico e histopatológico1.
S
Se presenta en consulta una hembra Mastín Español castrada de 9 años, con historial de leishmaniosis inactiva, hipotiroidismo, artrosis, bronquitis crónica y mastocitoma grado I en zona lumbar, extirpado hace 3 años y sin recidiva.
En la exploración oftalmológica se observa en ojo derecho (OD) quemosis conjuntival, protrusión e hiperemia de la glándula de membrana nictitante y un pequeño nódulo en la zona medial del párpado superior. La respuesta de amenaza y los reflejos pupilares directos e indirectos son positivos en ambos ojos. La tonometría por aplanamiento es en OD 17 mmHg y en ojo izquierdo (OI) 18 mmHg. La oftalmoscopía indirecta no presenta alteraciones. Se aplica anestésico tópico (Colircusí Anestésico doble Alcon®) visualizándose vermes de Thelazia spp. en el saco conjuntival y canto lateral. Tras su retirada mecánica, se instaura tratamiento médico tópico con Dexametasona y Cloranfenicol (Oftalmolosa Cusi de icol 0,5/10mg/g Alcon®) 1 gota cada 8 horas y tratamiento antiparasitario oral con Milbemicina oxima 2,5mg y Prazicuantel 25mg (Milbemax, Novartis®) 1 dosis a la semana repitiéndose a los 7 días.
A la semana el animal empeora presentando quemosis conjuntival unilateral derecha muy marcada, alteración a la retropulsión del globo ocular, exoftalmo severo con ligera desviación dorsal del eje visual y aumento de la presión ocular: OD 26 mmHg y en OI 16 mmHg. No se observan vermes de Thelazia spp. No presenta dolor a la apertura forzada de la boca. Se procede a realizar una ecografía ocular (sonda L14-5w en 12MHz) exploración en corte transversal mostrando ligera hiperecogenicidad heterogénea mal definida en el espacio retrobulbar derecho compatible con proceso inflamatorio o neoplasia. No se observa alteraciones sobre el globo ocular ni intraoculares. Además el paciente desarrolla dos masas simétricas en ambos costados, a la altura del hombro de 5,7*7,3 cm lado derecho e 2,3*3 cm izquierdo. Hay ausencia de sintomatología respiratoria y digestiva. Se realiza análisis de sangre, hormonas tiroideas, título de leishmaniosis, proteinograma y radiografías torácicas en tres proyecciones. Los resultados determinan una inactividad parasitaria y tiroidea, valores sanguíneos normales e imagen radiográfica compatible con patrón bronquial ligero.
Debido a la imagen inconcluyente de la ecografía ocular se lleva a cabo un estudio mediante Tomografía Computarizada en el que se diagnostica una masa periocular y retrobulbar derecha y otra masa en base lingual compatible todo ello con neoplasia o granulomas parasitarios. Se efectúa el estudio citológico mediante punción con aguja fina de la masa retrobulbar y masas de ambos costados, siendo la citología de la masa retrobulbar diagnóstica de linfoma.
Se instaura tratamiento quimioterápico con Lomustina 60mg/m2, una dosis cada 3 semanas hasta un total de 6 administraciones, realizando previamente análisis de sangre, hemograma y bioquímica. En la primera revisión desaparecen las masas de ambos costados y mejora el estado ocular.
Tras 18 semanas de tratamiento y con el linfoma en remisión se finaliza el tratamiento oncológico. Tres meses y medio más tarde comienza con dolores articulares generalizados por artrosis perdiendo la movilidad y los propietarios deciden la eutanasia humanitaria del animal sin permitir la necropsia.
Los tumores oculares que afectan al espacio retrobulbar suelen ser de carácter maligno, presentando una supervivencia de 8,6 meses1. El linfoma es el tumor hematopoyético más frecuente en perros con una estimación de presentación entre 13 y 24/100.000 pacientes2. En general el linfoma no es considerado un tumor primario cuando aparece en el ojo o en las proximidades del globo ocular2.
Para un mejor diagnóstico y tratamiento oncológico es importante la realización de inmunohistoquímica4 a partir de biopsia. En nuestro caso no fue posible ya que el diagnóstico de linfoma se hizo mediante citología. Debido a este resultado y a la localización de las masas se clasificó el linfoma como epiteliotropico. No se propuso realizar inmunofenotipo de la muestra ya que la mayoría de linfomas epiteliotropico son de linfocitos T5.
En nuestro caso la presencia de parásitos de Thelazia dificultó el diagnóstico del linfoma. Aún así, la respuesta al tratamiento y el tiempo sin recidiva se considera bueno y dentro de lo esperado según la bibliografía.