Título:
Agresividad social intraespecífica entre dos perras, factores que afectan a la evolución.
Tipo:
Casos clínicos
Formato:
Oral
Área temática:
Etología (GrETCA)
Instituciones:
(1) ETOVETS Medicina del comportamiento y Bienestar animal
Autores:
Pilar García Belmonte (1)
Tomàs Camps Morey (1)
Fecha:
Viernes, 20 2018
Hora:
13:10 - 13:30
Sala:
LAS PALMAS I
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Ponencia:
INTRODUCCIÓN

La agresividad entre perros es el segundo tipo de agresividad canina más frecuente(1).Algunos estudios indican que la agresividad entre perros de la misma casa ocurre con mayor frecuencia entre hembras(1,3,5). Todos los estudios coinciden en que cuando el conflicto es entre hembras, la agresión es más intensa y el pronóstico es menos favorable(5,6). Es un problema multifactorial y el tratamiento y pronóstico varian en función del caso. 

Nuestro objetivo es mostrar un caso de un conflicto social entre hembras en que la escasa colaboración de los propietarios, algunos problemas personales entre ellos, la diferencia de tamaño y la falta de bienestar de las perras lo hizo especialmente complejo.

 

 

 

 


DESCRIPCIÓN DEL CASOS/S CLÍNICO/S

Shena, perra Pit Bull entera, 2 años, 33kg y Nala, perra entera mestiza, 2 años, 13 kg se presentan al servicio de medicina de comportamiento ETOVETS por un problema de agresividad entre ellas, no pueden permanecer juntas. Además vocalizan en el jardín y Nala muestra exceso de actividad en el paseo.

Viven en una casa con jardín junto a una pareja, hombre y mujer adultos.

En el momento de la consulta la dos perras viven completamente separadas. Shena ocupa el salón, la cocina, la sala y el jardín. Nala vive en la habitación.

Comen 2 veces al día y salen mínimo una vez al día a pasear durante 15 minutos, en ocasiones hacen una segunda salida, siempre con correa y por separado.

En el primer episodio agresivo Shena fue a jugar con Nala, Nala reaccionó mal y se agredieron con baja intensidad, las separaron sin problema. Ambas estaban en celo.

El segundo episodio ocurrió igual.

El tercero ocurrió al salir juntas por la puerta del portal, lo inició Shena.

En el cuarto olvidaron cerrar la puerta de la habitación y Shena entró a atacar a Nala.

La intensidad de las agresiones fue aumentando.

Shena muestra postura ofensiva, Nala defensiva y además muestra signos de miedo cuando ve a Shena.

La analítica básica con TSH-T4 y el examen externo de ambas perras que realizó su veterinario fueron normales.

Emitimos un diagnostico de Agresividad por conflicto social e iniciamos un tratamiento que comprende: DS-CC a la presencia de la otra perra con protocolo progresivo de reintroducción, estabilización de contactos de los cuidadores con las perras dando previsibilidad al entorno, cómo actuar frente a otra agresión entre las perras, enriquecimiento ambiental para ambas perras y Fluoxetina a 1 mg/kg al día para Shena.

La modificación de conducta la llevamos a cabo junto a los propietarios con algunas dificultades:

No pudimos acceder a una zona neutra de trabajo por la dificultad de horarios de los cuidadores y el transporte de las perras.

No implementaron el enriquecimiento ambiental.

Las perras presentaban gran nivel de ansiedad en las sesiones lo que dificultaba los acercamientos de forma estructurada y efectiva.

Los cuidadores no reproducían las prácticas de los ejercicios de reintroducción y DS-CC.

Durante las sesiones los propietarios mostraban desacuerdo en el manejo de las perras entre ellos.

Al cabo de 5 meses de la primera entrevista se realiza una visita de revisión y la situación es la misma sin ninguna mejora. Sólo habíamos conseguido concertar dos sesiones educativas, no contábamos con la implicación de los cuidadores y nos preocupaba el nivel de ansiedad y el bienestar de Nala. Tras evaluar de nuevo el caso se decide iniciar tratamiento con Fluoxetina para Nala a 1 mg/kg al día.

Tres semanas después comenzamos un plan de trabajo intensivo con sesiones diarias de lunes a viernes en la zona de trabajo de Etovets para empezar y en su casa posteriormente si la evolución resultaba satisfactoria. En las sesiones trabajamos la habituación a la presencia de la otra perra caminando y haciendo aproximaciones; a partir de la 3ª sesión las perras aceptan premios e iniciamos la DS-CC.

Las perras responden muy bien a los acercamientos progresivos y en la sesión del viernes, ya en su casa, sin un disparador aparente Shena ataca a Nala produciéndole alguna lesión en la piel que no precisa sutura.

 

 



DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El caso de Shena y Nala cumplía varios componentes para fracasar y sin embargo después de pocas sesiones la evolución fue muy positiva hasta que se produjo una nueva agresión.

El primer episodio agresivo tuvo lugar con las dos perras en celo y aunque el papel de las hormonas sexuales en la agresividad canina es controvertido, si la agresividad empeora durante los celos la esterilización forma parte del tratamiento(1,3,4,5).

La diferencia de peso entre las perras y las características de la mordida de los perros de presa como Shena hace que el riesgo de daños graves en caso de agresión sean elevados tanto si la mordedura se dirige a Nala como si redirige la agresividad hacia los cuidadores(2). Es necesario enfatizar a los cuidadores que a pesar del tratamiento y las medidas de seguridad la posibilidad de que las perras se agredan existe(6).

La dificultad del caso nos hace preguntarnos cuales son los factores que afectan a la evolución:

  • Relacionados con los cuidadores: participación, comprensión, estado emocional, apoyo familiar.
  • Relacionados con el etólogo: habilidad para comunicarse, para aclarar el trabajo a realizar y para dar opciones de solución a los obstáculos que surjan. 
  • Relacionados con el perro: socialización y manejo pre y postnatal, problemas de salud o de conducta como ansiedad o miedo, personalidad, raza, estado hormonal, aprendizaje, entorno y posibilidad de desarrollar las conductas necesarias para la especie.


BIBLIOGRAFÍA

1 Jaume Fatjo et al: Analysis of 1040 cases of canine aggression in a referral practice in Spain. Journal of Veterinary Behavior 2007; 2: 158-165. 

2 Jorge Palacio, Marta León, Sylvia García-Belenguer: Aspectos epidemiológicos de las mordeduras caninas. Gas Sanit. 2005; 19(1): 50- 58.

3 Michelle Bamberger, Katherine a. Houpt: Signalment factors, comorbidity, and trends in behavior diagnoses in dogs: 1,644 cases (1991–2001). JAVMA 2006; 229: 1591- 1601.

4 Ignacio García Serrano: Efectos de la esterilización (orquidectomía y ovariohisterectomía) sobre el comportamiento canino. Clinetovet 6. Multimédica ediciones veterinarias, 2007; 12-20.

5 G. Landsberg, W. Hunthausen, L. Ackerman: Canine Aggression. En Behavior Problems of the Dog and Cat: Saunders Elsevier. Third edition 2013; 297- 326.

6 Jon Bowen, Sarah Heath: Chapter 11: Canine Aggression Problems. En Behavior Problems in Small Animals: Saunders Elsevier, 2005: 118- 140.