PERITONITIS SÉPTICA POR PERFORACIÓN PILÓRICA ASOCIADA A PARÁSITOS EN UN PERRO: A PROPÓSITO DE UN CASO CLÍNICO

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
ORAL
Área temática:
EMERGENCIAS Y CUIDADOS INTENSIVOS
Instituciones:
(1) Hospital veterinario del Mar
Autores:
Marta Hita Rubio (1)
Laura Di Filippo Elias (1)
Carles Olmedo Bosch (1)
Introducción:

Un paciente canino de 1,5 meses de edad se presentó con signos de colapso cardiovascular. En las pruebas de imagen, se evidenció la presencia de vermes libres a nivel de la cavidad abdominal. En el proceso quirúrgico, se detectó una perforación pilórica como causa de la liberación de los parásitos y la subsecuente peritonitis séptica.

Las peritonitis sépticas de origen digestivo representan del 38 al 75% de los casos de peritonitis séptica secundaria1,2. La presencia de parásitos como causantes de las perforaciones digestivas se ha descrito esporádicamente en medicina veterinaria3 y humana4.

Descripción del caso/s clínico/s:

Se presentó en el hospital un cachorro macho no castrado de 1,5 meses de edad de raza Yorkshire Terrier sin vacunaciones ni desparasitaciones recientes. Cuatro días antes, el paciente había iniciado un cuadro de vómitos, diarreas e hiporexia desencadenando un colapso sistémico.  En el examen físico, el paciente mostraba signos de shock descompensado tardío (estado mental deprimido, mucosas pálidas, temperatura 35,5ºC, frecuencia cardíaca 180 latidos por minuto, presión sistólica 70mmHg) además de un abdomen agudo distendido con ola ascítica. Inicialmente, un lactato elevado (3,2mmol/L; < 2,5mmol/L), anemia severa no regenerativa hipocrómica microcítica (10%; 30-50%), leucocitosis neutrofílica con desviación a la izquierda (30·103/uL; 9-15·103/uL), hipoalbuminemia (1,5g/dL;2,3-4,5g/dL), hipoglicemia (43mg/dL; 80-120mg/dL) e hiperbilirrubinemia (1,7mg/dL;< 0,6mg/dL) fueron detectados. Se realizó un test para parvovirus y coronavirus con un resultado negativo. Durante el proceso de estabilización, se mantuvo al paciente con oxígeno, se realizaron dos bolo de fluidoterapia (Ringer Lactato 10mL/Kg en 10 minutos y 10mL/Kg en 15 minutos)  además de un bolo de glucosa (Dextrosa al 40% 1mL/Kg) y seguidamente se tipificó al paciente y se inició la transfusión de concentrado de eritrocitos. A nivel de pruebas de imagen, se detectó marcada efusión abdominal altamente celular en los 4 cuadrantes. En dicha efusión, se detectaron múltiples cuerpos lineares en movimiento compuestos por dos líneas hiperecoicas con un núcleo hipoecoico. Se procedió al análisis del líquido con aspecto turbio con 36.000células/uL y proteínas totales de 3g/dL. En la citología, se observaba la presencia de neutrófilos y formas bacterianas intracelulares (bacilos), la subsecuente muestra fue enviada a laboratorio para cultivar. Antes de entrar el paciente a quirófano, se inició una transfusión de albúmina humana al 20% (1,25g/Kg en 3h), además de ampliar cobertura antibiótica (ampicilina 22mg/Kg cada 8 horas y metronidazol 15mg/Kg cada 12 horas) y de mantener un buen control analgésico (metadona 0,2mg/Kg cada 4 horas, lidocaína en CRI a una dosis de 30ug/Kg/min y metamizol 22mg/Kg cada 12 horas).  Durante el proceso quirúrgico, el paciente se mostró estable. Se aspiró gran cantidad de líquido libre, se extrajeron manualmente los vermes de la cavidad abdominal, además de corregir la perforación pilórica. Durante la anestesia, se procedió a colocar una sonda nasogástrica para iniciar nutrición enteral y desparasitación mediante Fenbendazol (50mg/Kg cada 24 horas). Las siguientes 48 horas a la cirugía el paciente se mantuvo estable e inició la ingesta voluntaria. El paciente fue dado de alta a los 7 días. El resultado del cultivo evidenció una Escherichia coli sensible a múltiples antibióticos. Meses después del suceso, el animal no presenta secuelas derivadas del proceso.

Discusión y conclusiones:

La peritonitis séptica es una condición potencialmente fatal caracterizada por la inflamación e infección del peritoneo secundarias a la contaminación bacteriana1,2. La peritonitis secundaria es la forma más común en los animales de compañía, siendo el foco gastrointestinal la causa más frecuente1,2.  En este caso, se expone una peritonitis séptica por perforación gástrica secundaria a parasitosis digestiva. Se ha descrito ocasionalmente en animales de compañía3 y en medicina humana4. Debido a la acumulación de gran cantidad de vermes, se puede producir una ulceración y necrosis de la mucosa intestinal, pudiendo llegar a  perforar la pared4.

El diagnóstico temprano es importante para reducir la morbilidad y la mortalidad  (29-46%)2 de los pacientes. En este caso, se confirmó la presencia de los mismos mediante ecografía. En literatura veterinaria, la descripción ecográfica de los nematodos está bien definida5,6 y es aplicable para el diagnóstico de casos clínicos.

El paciente descrito necesitó la administración de múltiples hemoderivados para la estabilización previa a la cirugía. Es probable que esta anemia e hipoalbuminemia severas fueran debidas a la edad del paciente, a la parasitosis extrema y a la peritonitis séptica como múltiples factores contribuyentes6,7.

La hipoalbuminemia es una condición habitual presente en pacientes críticos y se relaciona con un aumento de la mortalidad2,8. La administración de albúmina humana en pacientes caninos ha demostrado ser un método eficaz en situaciones de enfermedad crítica dónde los beneficios de su administración superan los riesgos para incrementar los valores de albúmina8.

Hubiera sido importante la determinación de la especie de nematodo causante del proceso, para poder definir aún más la casuística de la parasitación. Es probable que debido a la edad del paciente y a sus condiciones sanitarias la infestación fuera debida a nematodos del género Toxocara spp 6.

Debemos considerar los pacientes con parasitosis digestiva severa a riesgo de desarrollar una peritonitis séptica por perforaciones digestivas. Especialmente, en animales jóvenes y con niveles bajos de albúmina sérica. Aún y que el pronóstico es reservado, un diagnóstico precoz y una actuación rápida pueden llevar  a un mejor desenlace.

Bibliografía:
  1. Bush M, Carno MA, Germaine LS, Hoffmann D: The effect of time until surgical intervention on  survival in dogs with secondary septic peritonitis.  Can Vet J 2016;57(12):1267-1273.
  2. Barfield DM, Tivers MS, Holahan M, Welch K, House A, Adamantos SE: Retrospective evaluation of recurrent secondary septic peritonitis in dogs (2000-2011): 41 cases. J Vet Emerg Crit Care 2015;26(2):281-287.
  3. Alfaro-Alarcón A, Veneziano V, Galiero G et al: First report of naturally patent infection of Angiostrongylus costaricensis in a dog. Vet Parasitol 2015;212(3-4):431-434.
  4. Chawla A, Patwardhan V, Maheshwari M, Wasnik A: Primary ascaridial perforation of the small intestine: sonographic diagnosis. J Clin Ultrasound 2003;31(4):211-213.
  5. Wigger A, Peppler C, Kramer M: Ultrasonographic appearance of intestinal roundworms in a dog and a cat.  Vet Rec 2007;161(6):200-201.
  6. Corda A, Tamponi C, Meloni R et al: Ultrasonography for early diagnosis of Toxocara canis infection in puppies. Parasitol Res 2019;118(3):873-880.
  7. Hinton LE, McLoughlin MA, Johnson SE et al:  Spontaneous gastroduodenal perforation in 16 dogs and seven cats (1982-1999). J Am Anim Hosp Assoc 2002;28:176.
  8. Horowitz FB, Read RL, Powell LL: A retrospective analysis of 25% human serum albumin supplementation in hypoalbuminem dogs with septic peritonitis. Can Vet J 2015;56(6):591-597.