GESTACIÓN ECTÓPICA EN UNA GATA CON GALACTORREA

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
ORAL
Área temática:
REPRODUCCIÓN Y PEDIATRÍA DE ANIMALES DE COMPAÑÍA (GERPAC)
Instituciones:
(1) Hospital Veterinario de la Universidad de León
Autores:
Beatriz Serna-Caminero (1)
Mario Valdivieso-Bernardo (1)
Norberto González Alonso (1)
Andrea González-Domínguez (1)
Introducción:

La gestación extrauterina (GE), también denominada ectópica, es un estado patológico que ocurre cuando los embriones o los fetos se localizan y desarrollan fuera del útero1

En medicina humana se encuentra ampliamente descrita esta patología2 y en veterinaria la mayoría de casos reportados son en la especie felina1,3,4,5,6

Se han descrito dos tipos de gestaciones ectópicas: tubárica y abdominal3. La gestación tubárica ocurre cuando el embrión se implanta en el oviducto4, siendo la más común en humanos debido a que presentan una placenta hemocorial discoidal5 y extremadamente rara en animales no primates3. En el caso de la gestación abdominal el embrión se localiza fuera del útero, ovario, oviducto y ligamento ovárico y, a su vez, se divide en primaria y secundaria. La primaria se produce cuando el ovocito fecundado se implanta en el peritoneo, omento, hígado, bazo u otras estructuras abdominales6. Normalmente ocurre en primates asociada al tipo de placenta4. En la gestación abdominal secundaria, el ovocito fecundado se implanta en el útero pero debido a una rotura de la pared uterina6, normalmente asociada a fuerzas externas, estimulación mecánica o traumatismo4, sale a la cavidad peritoneal6

Este tipo de patología suele diagnosticarse de forma accidental y suele cursar sin signos clínicos3 aunque en algunos casos descritos de GE los pacientes presentaban sintomatología inespecífica1 como fiebre, anorexia, apatía, letargia, vómitos…7

Descripción del caso/s clínico/s:

Dentro del Programa de Captura, Esterilización y Suelta acudió una hembra adulta, común europeo, de 3, 100 Kg con galactorrea. Se decidió volver a soltarla en la misma colonia y posponer la intervención quirúrgica.

Un mes después es recapturada. Tras la sedación, se observó que este signo clínico persistía y en la exploración física presentaba hipertermia mamas levemente inflamadas y a la palpación abdominal dos estructuras de consistencia dura, irregulares, móviles e indoloras de aproximadamente 8 cm. La analítica sanguínea reveló una leucocitosis 24,92 K/µL (2,87–17,02 K/µL) y neutrofilia 19,26 K/µL (2,3–10,29 K/µL) sin ninguna otra alteración. Además, se recogió muestra para la realización de cultivo y antibiograma de la secreción mamaria.

En la radiografía abdominal laterolateral se observaron dos estructuras fetales mineralizadas con signos de malformación, localizadas en abdomen craneoventral y medio respectivamente. En la ecografía se hallaron dos fetos sin latido cardiaco aparentemente fuera del cuerno uterino.  

La paciente fue hospitalizada con tratamiento antibiótico (amoxicilina-ácido clavulánico 20 mg/kg, intravenoso, cada 8 horas), antiinflamatorio (robenacoxib 1 mg/kg, intravenoso, cada 24 horas), analgésico (buprenorfina 20 µg/kg, intravenoso, cada 8 horas) y supresor de la producción láctea (cabergolina 5 µg/kg, vía oral, cada 24 horas). Fue intervenida a las 48 horas del ingreso después de no observar mejoría clínica con el tratamiento médico.

Durante la laparotomía exploratoria se confirmó la presencia de dos fetos ectópicos. El primero situado en abdomen medio, envuelto y no adherido al omento y el segundo, localizado en abdomen craneal, con adherencias al bazo y al duodeno. Para la extracción de éste fue necesario el uso de ligaduras en la vascularización existente. Ambos fetos presentaban pelo conservando la estructura ósea y signos de momificación. Por último, se realizó una ovariohisterectomía. Los ovarios presentaban un aspecto macroscópico normal con la presencia de pequeños folículos maduros.

La evolución clínica fue desfavorable, desarrollando una mastitis severa con áreas ulceradas, necrosadas y con exudado purulento. Los resultados del cultivo y antibiograma mostraron la presencia de tres bacterias multirresistentes a los antibióticos de elección en medicina veterinaria (tabla 1), decidiendo finalmente la eutanasia humanitaria ocho días tras el ingreso.
Discusión y conclusiones:

Las gatas con GE generalmente no muestran signos clínicos1,4,5,6 o bien presentan una sintomatología inespecífica3,7. En nuestro caso la paciente sí mostró fiebre, apatía, anorexia y además galactorrea, signo que en conocimiento de los autores no se ha reportado.

La disminución de los niveles de progesterona estimula la producción de prolactina, responsable de la bajada de la leche. Este fenómeno ocurre en dos situaciones: gestación o pseudogestación. Teniendo en cuenta la baja probabilidad de pseudogestación en gatas y, además tratándose de una gata callejera y en época de cría (final de verano), lo más probable es una gestación.

Considerándose el tamaño y el grado de desarrollo8 de los dos fetos alojados en la cavidad abdominal, sobre todo el alto grado de formación ósea y la presencia de pelo, parece que se trata de una gestación a término. 

Es improbable en esta especie una GE túbarica, ya que hay poca evidencia científica de que este fenómeno ocurra en animales domésticos sin placenta hemocorial discoidal. 

Las GE descritas en gatas, suelen clasificarse como GE abdominales secundarias producidas por una rotura del útero5, en el que los fetos caen a la cavidad abdominal interrumpiendo su desarrollo. Esto suele ocurrir producido por un traumatismo durante la gestación o incluso en el propio parto, asociado a las contracciones uterinas. El útero tiene alta capacidad de regeneración7, por lo que la no visualización de lesiones o cicatrices, no descarta su presencia. En este caso, aunque no se vieron lesiones en el útero, parece el tipo más probable. 

Se ha teorizado que la GE primaria requiere de una manipulación quirúrgica previa que facilite que un óvulo fecundado caiga al abdomen y sufra una implantación que permita la gestación5.  Sin embargo, sin una confirmación histológica de la ausencia de implantación no podría descartarse. En este caso, parece improbable porque no presenta historial de intervenciones previas y, además, uno de los fetos se encontraba envuelto en el omento sin ningún tipo de adherencia a otras estructuras. 

Las hipótesis que se sugieren son que realmente haya ocurrido una gestación y parto de una camada justificando la galactorrea, mantenida además 30 días después de la primera visita, siendo los fetos ectópicos parte la misma, o bien como en la mayoría de los casos descritos, fuese un hallazgo accidental consecuencia de una gestación anterior. Se desconoce si el origen de la mamitis se produjo por un destete abrupto, aunque parece lo más probable.

En conclusión, la gestación ectópica suele ser un hallazgo accidental no asociado al desarrollo de signos clínicos, por lo que es importante considerar otras patologías concurrentes en estos casos.

Bibliografía:

1.- Ivanova M, Ivanova C, Marinkov T, Georgiev P: Two cases of ectopic abdominal pregnancy in queens. Tradi modern vet med 2019;2(7):21-25.

2.- Corpa JM: Ectopic pregnancy in animals and humans. Reprod 2006;131:631-640.

3.- Rosset E, Galet C, Buff S: A case report of an ectopic fetus in a cat. J Feline Med Surg 2011; 13:610-613

4.- Zheng JS, Wang Z, Zhang JR, et al: Ectopic pregnancy in two cats. Acta Scien Vet 2018;46(Suppl 1):257

5.- Chong A: A case of feline ectopic abdominal fetuses secondary to trauma. Can Vet J 2017; 58:400-402.

6.- Osenko A, Tarello W: A 7-year-old extrauterine pregnancy in a cat. Case Report Vet Med 2014. Disponible en: https://www.hindawi.com/journals/crivem/2014/145064/ Último acceso Enero 11, 2022.

7.- Mirsepehr P, Asheghian I, Hajinasrollah M, et al: Accidental finding of ectopic pregnancy in a cat with presence of three fetuses without gestational sac that were attached to the abdominal wall and mesentery (A Case Report). Int J Adv Biol Biom Res 2015;3(3):217-221.

8.- Illanes J, Orellana C, Fertilio B, et al: Análisis macroscópico y microscópico del desarrollo embrionario y fetal en el gato (Felis catus), en relación con el desarrollo de la vesícula coriónica y de la placenta. Int. J. Morphol; 2007;25(3):467-481.