TUMOR DE COLISIÓN EN UNA MASA CERVICAL TIROIDEA DE UN PERRO: CARCINOMA FOLICULAR TIROIDEO Y HEMANGIOSARCOMA CON METÁSTASIS LINFÁTICA REGIONAL

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
ONCOLOGÍA VETERINARIA (GEVONC)
Instituciones:
(1) AUNA Especialidades Veterinarias
(2) IDEXX Laboratorios
Autores:
Raquel Gómez Salamero (1)
Miguel García De La Virgen (1)
Manuel Jiménez Peláez (1)
Carolina Naranjo Freixa (2)
Juan Francisco Borrego Massó (1)
Introducción:

Los tumores de colisión se caracterizan por ser masas sólidas únicas, macroscópicamente homogéneas, pero microscópicamente compuestas por dos tumores histopatológicamente diferentes y con límites bien definidos2. Existe muy poca bibliografía al respecto en medicina veterinaria al ser casos aislados, apenas descritos en cavidad oral, piel, testículo y tejido perianal 1,3,4,5.

En el caso presentado se detecta un tumor de colisión identificado como una masa subcutánea única y bien definida en la zona lateral del cuello izquierdo. El principal diagnóstico diferencial para masas localizadas en la zona de tiroides es de carcinoma de tiroides, identificándose en un 90% de los casos, siendo el adenoma de tiroides menos frecuente6. Son masas de crecimiento lento que llegan a invadir estructuras cercanas y metastatizar a linfonodos regionales y a pulmón; el tratamiento de elección es quirúrgico para los casos que no invaden estructuras adyacentes, teniendo un pronóstico muy bueno con tiempos medios de supervivencia de tres años.

Por otro lado, el hemangiosarcoma (HSA) es un tipo de tumor que se sospecha tenga un origen en las células pluripotentes perivasculares. La presentación visceral es la más común pero también pueden presentarse en piel u otras partes del cuerpo. El tratamiento de elección es quirúrgico junto a quimioterapia adyuvante con protocolos basados en doxorrubicina y generalmente tienen un mal pronóstico7
Descripción del caso/s clínico/s:

Se presentó a consulta en abril de 2021 una perra bretona de nueve años y 18 kg referida por una masa cervical caudal de seis centímetros de diámetro, con sospecha de carcinoma tiroideo a través de una citología de la masa. Diagnosticada previamente de enfermedad renal crónica (estadio IRIS II) y en tratamiento crónico con benaceprilo. Se realizaron pruebas básicas preanestésicas (hemograma, bioquímica, radiografías de tórax y ecografía de abdomen) donde se observó una creatinina de 2,3 mg/dL (límites 0,5-1,8 mg/dL), urea de 40 mg/dL (límites 7-27 mg/dL), fosfatasa alcalina de 456 U/L (límites 23-212 U/L) y colesterol de 340 mg/dL (límites 110-320 mg/dL), estando el resto de las pruebas dentro de la normalidad.

Posteriormente se realizó un TAC con contraste de cuello y tórax, en el que se observó una masa bien delimitada en la región de tiroides izquierda con realce heterogéneo, así como vasos sanguíneos perilesionales tortuosos con sospecha de trombosis parcial. Se observó además un aumento del grosor del linfonodo cervical superficial izquierdo.

Tras descartar metástasis a distancia en tórax y en abdomen, se realizó la extirpación del tiroides izquierdo a través de una técnica extracapsular, así como una linfadenectomía regional en junio de 2021. La paciente se recuperó satisfactoriamente del procedimiento y recibió el alta con tratamiento de amoxicilina/ácido clavulánico (20mg/kg BID durante 7 días) y paracetamol (10mg/kg BID durante 5 días).

Los resultados de histopatología revelaron la presencia de un carcinoma tiroideo folicular-compacto con invasión intravascular, así como una segunda masa vascular catalogada como HSA subcutáneo bien diferenciado, el cual obliteraba parte del tejido sano de tiroides y abarcaba parte del tejido adiposo perilesional, con metástasis a linfonodos regionales, por tanto en estadio II según las últimas clasificaciones publicadas7. Ambas masas macroscópicamente no podían diferenciarse la una de la otra, pero sí se correspondían con dos poblaciones celulares fenotípicamente distintas. Ninguna de ellas se observó en los planos de sección de la biopsia, sin embargo, uno de los émbolos del carcinoma tiroideo se apreció cercano al borde de sección.

Tras el alta quirúrgica se propuso realizar quimioterapia endovenosa con doxorubicina, sin embargo y tras rechazar el tratamiento, se realizaron revisiones y radiografías de control cada tres meses ante posible recidiva y/o progresión de la enfermedad.

Durante los siguientes meses hasta la fecha (marzo de 2022) la paciente no ha tenido signos de recidiva local ni metástasis a distancia, manteniendo una excelente calidad de vida.
Discusión y conclusiones:

Los tumores de colisión en tiroides han sido descritos en medicina humana como una entidad formada en su mayor parte por carcinomas papilar y medular de tiroides. En estos casos, no está bien definido el pronóstico a largo plazo ni el tratamiento adyuvante a la cirugía, ya que algunos autores defienden la necesidad de tratar ambos tumores de forma independiente y otros limitan el enfoque terapéutico y pronóstico al tumor más agresivo8.

En nuestro caso se optó por realizar un tratamiento de ambos tumores por separado -cirugía de resección y quimioterapia adyuvante- y limitar un pronóstico en base al tumor más agresivo -HSA subcutáneo estadio II-. Sin embargo y dado que tras nueve meses desde la resección quirúrgica la paciente no ha presentado signos de recidiva local ni metástasis a distancia -a pesar de no administrarse quimioterapia adyuvante-, se podría considerar que el comportamiento clínico de ambos entes no está siendo tan agresivo como lo esperado.

Se han intentado describir los posibles orígenes de los tumores de colisión en medicina humana y veterinaria, diferenciándolos de otros tipos de tumores mixtos2, pero hasta la fecha no se ha llegado a comprender su etiología. Algunos autores apuntan a la posibilidad de que ambas masas hayan crecido dependientes la una de la otra, y otros opinan que este tipo de procesos se desarrollan de forma independiente (con o sin el mismo estímulo oncogénico) en un mismo tejido de manera incidental3,4. Tal es la complejidad del proceso que no existen todavía unos criterios claros que sirvan para definir este tipo de tumores de colisión, por lo que en la mayor parte de los casos también el diagnóstico puede ser complejo.

En el caso mostrado, la revisión anatomopatológica no pudo discernir si el origen del HSA provenía de los vasos sanguíneos tiroideos, o se trataba de una lesión originada en los vasos sanguíneos de la grasa circundante a la tiroides, la cual crecía hacia la misma. Sin embargo, la biopsia confirmó que ambos tumores coexistían en una única masa íntimamente relacionados, tratándose del primer tumor cervical de colisión compuesto de un carcinoma folicular y un hemangiosarcoma descrito hasta la fecha en el perro.

Bibliografía:
  1. Rodriguez F., Castro P., Ramírez G. A: Collision tumor of squamous cell carcinoma and malignant melanoma in the oral cavity of a dog. J. Comp. Path. Vol. 154, 314-318.
  2. Satter E. K., Metcalf J., Lountzis N., Elston D. M: Tumors composed of malignant epithelial and melanocytic populations: a case series and review of the literature. J. Cutaneous Path 2009. Vol 36; 211-219.
  3. Scott J. E., Liptak J. M., Powers B. E: Malignant collision tumors in two dogs. JAVMA 2017. Vol. 251. No 8.
  4. Jakab C., Balka G: First report of a malignant collision skin tumour with a malignant melanoma and anaplastic sarcoma components in a dog. Acta Veterinaria Hungarica 2012. Vol 60.
  5. Rifici C., Quartuccio M., Sfacteria A. et al: A case of neoplastic synchronism in a dog. Research in Veterinary Science 2021. Vol. 140, 64-68.
  6. Lunn K. F., Boston S. E: Tumors of the endocrine system. En Vail D. M., Thamm D. H., Liptak J. M (6ª ed): Withrow and McEwens´s small animal Clinical Oncology,  Elsevier, 2020; 575-577.
  7. Griffin M. A., Culp W. T. N., Rebhun R. B: Canine and feline haemangiosarcoma. VeterinaryRecord 2021, e585.
  8. Bojoga A., Stanescu L., Badiu C: Collision tumors of the thyroid. A special clinical and pathological entity. Arch Clin Cases 2021; 8(4): 84-90.