Las principales razones por las cuales los humanos cometemos errores suelen ser la memoria y la falta de atención. Estos errores se han estudiado en el ámbito médico - veterinario y se han relacionado con una comunicación pobre, falta de experiencia, falta de trabajo en equipo, deficiencia en conocimiento de los miembros del equipo y procedimientos inadecuados.1 Además se debe tener en cuenta que la complejidad de las intervenciones clínicas hoy en día hace que las personas sean más propensas a errores.
Se ha demostrado que el uso de listas de chequeo (checklists) mejora la calidad de la atención médica, mejorando la adhesión a mejores prácticas basadas en la evidencia y, en última instancia, la seguridad del paciente.2
El objetivo de este estudio fue comparar dos grupos de pacientes, los sometidos a checklist y los que no, en relación a una serie de parámetros y complicaciones relacionados con los procedimientos quirúrgicos y anestésicos.
Se realizó un estudio piloto prospectivo experimental. Se reclutaron 50 pacientes, tanto caninos como felinos, que fueron divididos en dos grupos. Los que no fueron sometidos a checklist (CCL-), siendo estos los primeros 25 animales, y los pacientes que si fueron sometidos a checklist (CCL+), los siguientes 25.
La checklist utilizada fue diseñada por el servicio de anestesia, basada en la recopilación de varias listas y tomando como referencia la de la OMS. Esta lista consiste en la confirmación verbal de los componentes del equipo y la verificación de la correcta finalización de los puntos críticos para garantizar la seguridad del paciente y del procedimiento. La recogida de datos fue realizada por un mismo estudiante.
Los datos recogidos fueron divididos en variables independientes (fecha del procedimiento, edad, especie) y variables dependientes relacionadas con el procedimiento quirúrgico (especificando el tipo de procedimiento), con el paciente y relativas al cumplimiento de procedimientos seguros y obtenidas exclusivamente por chequeo (grupo CCL+).
Los datos fueron analizados con el paquete estadístico SPSS 20.0. Las variables cualitativas se presentaron con su distribución de frecuencias. Se resumieron en su media y desviación estándar (DE) para las variables que se ajustaron a la normalidad, y en mediana y rango interquartílico para aquellas que no lo hicieron. Se evaluó́ la asociación entre variables cualitativas con el test de χ2 cuando el número de casos esperados fuera inferior a 5 en más de un 25% de las asociaciones exploradas. Se analizó la relación de las variables cuantitativas con la variable resultado ISQ, mediante los test de la t de Student, MANOVA o el equivalente no paramétrico U de Mann-Whitney en caso de distribuciones no normales. La significación clínica se estableció́ en p < 0.05.
En este estudio, gracias a la aplicación de la checklist hubo un aumento de la comunicación entre los servicios. Esto esta relacionado con el último estudio que indica la mejora de la percepción del trabajo y comunicación en el equipo, gracias a la implantación de esta lista de chequeo.4
Además, se observó que mejoró la correcta profilaxis antibiótica, disminuyendo un 16% la aparición de infección del sitio quirúrgico en el grupo CCL+, algo que se ha corroborado también en medicina humana.5
Cabe destacar que una de las limitaciones del estudio fue la realización de los procedimientos por un alumno. Esto hace que quizás haya podido aumentar la probabilidad de error y se haya empleado más tiempo del requerido si lo hubiera realizado un veterinario. Otra limitación, podría ser la falta de aleatorización puesto que, se decidió realizar el grupo CCL – en primer lugar, para no obtener un resultado sesgado. Esto está relacionado con el efecto Hawthorne (cambio psicológico de conducta al saber que está siendo estudiado) puediendo influenciar en los tiempos del estudio.6
Aun así, para determinar el correcto funcionamiento de la checklist habría que realizar este mismo estudio durante un periodo de seguimiento mayor y con una población más numerosa.