PARAPARESIA EXTREMIDADES ANTERIORES EN UN GATO CON PIF

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
ORAL
Área temática:
MEDICINA FELINA (GEMFE)
Instituciones:
(1) HCV UNIVERSIDAD CARDENAL HERRERA CEU
(2) HCV AITANA
Autores:
Isabel Juste Vidal (1)
Esperanza Montaner Angoiti (1)
Ana García Fernández (1)
Estefanía Montero Cortijo (1)
Álvaro Berenguel Fernández (1)
Ángel María Hernández Guerra (1)
Silvia Montes Ramón (2)
Introducción:

Se presenta a continuación un caso clínico de un gato con meningitis secundaria a una peritonitis infecciosa felina (PIF) donde el primer signo neurológico apreciado fue una paraparesia de las extremidades anteriores.

El caso presentado desemboca interés puesto que, aunque el PIF es una enfermedad habitual en los pacientes felinos, la presentación neurológica observada como en este caso es infrecuente.

Descripción del caso/s clínico/s:

Se presenta en nuestro centro un gato adulto macho Común Europeo cuyo motivo de consulta fue paraparesia de las extremidades anteriores (EEAA) (Imagen 1) junto con fiebre y anorexia de 72 horas de evolución.

El examen físico mostró un índice corporal bajo (3/9), mal aspecto del pelaje, deshidratación del 5% y temperatura de 40ºC. En el examen neurológico únicamente se evidenció la paraparesia, neurolocalizando la posible lesión entre C1-C5.

Se realizó una analítica general donde el hemograma manifestó una anemia no regenerativa del 21% (24,0 - 45,0) con neutrofilia de 20,60 (2,5 - 12,5x 10 e3/μL), resto normal. La bioquímica reveló una leve hiperbilirrubinemia de 0.97 mg/dL (0.10-0.502mg/dL) e hiperproteinemia de 8.81 g/dL (5.30-7.60g/dL) con hiperglobulinemia de 6.0 g/dL (2.6-5.0g/dL). El resto de los parámetros bioquímicos se encontraron dentro de los valores de referencia. Se efectuó un ionograma, un urianálisis y un SDMA sin detectar alteraciones reseñables. Así pues, se realizó un Snap Test Fiv/Felv con resultado negativo, una ecografía abdominal que reveló una alteración en la definición corticomedular renal de forma bilateral y una radiografía de tórax compatible con la normalidad.

Posteriormente se efectuó un TC simple de columna cervical donde no se observó ninguna alteración evidente. Tras la administración de contraste intratecal, se apreció un ensanchamiento del tamaño de la médula espinal a nivel C2-C3, donde se visualizó un borrado de las columnas de contraste, tanto en la ventral como en la dorsal, no observándose paso en ese segmento. El diagnóstico diferencial ofrecido fue un proceso intramedular tal y como una neoplasia primaria, una metástasis o un granuloma. Posteriormente se extrajo líquido cefalorraquídeo (LCR) de cisterna magna. El análisis del LCR detectó una notable pleocitosis neutrofílica con hiperproteinemia.

En este punto, nuestro diagnóstico diferencial se dividía entre neoplasia (linfoma) o enfermedad infecciosa (PIF, toxoplasmosis).

Desafortunadamente, los cuidadores del animal solicitaron la eutanasia humanitaria.

En la necropsia se observaron lesiones macroscópicas en ambos riñones. Estos presentaban un aumento del tamaño junto con múltiples nódulos blanquecinos con distribución multifocal de 0,1-0,3 cm asociados a los vasos sanguíneos. En el examen histológico, los riñones presentaban vasculitis piogranulomatosa y nefritis intersticial moderada con trombos de fibrina y cristales tubulares de oxalato de distribución multifocal. En la médula espinal cervical, a nivel de C2-C3, se observó la presencia de inflamación piogranulomatosa compuesta por macrófagos y neutrófilos y células plasmáticas localizadas en las meninges. Se realizó inmunohistoquímica en secciones de riñón y meninges, revelando en ambas áreas la presencia de FcOV (Imagen 2).

Discusión y conclusiones:

El PIF es una enfermedad frecuente en los gatos causada por un coronavirus felino mutado (FCoV)1, considerándose como la enfermedad del sistema nervioso central (SNC) más común en esta especie2

Esta patología presenta tres manifestaciones, la forma húmeda, caracterizada por efusiones en cavidades, la forma seca, caracterizada por la presencia de lesiones macroscópicas piogranulomatosas, y la presentación mixta,  mezcla de ambas3. La aparición de signos neurológicos está relacionada con la forma seca, tal y como sucede en este caso. Aproximadamente el 38% de los casos de PIF seco y el 5% de los casos de PIF húmedo padecen afectación del SNC5.

Los diferentes signos neurológicos son el resultado de la ubicación neuroanatómica de las lesiones primarias que produce el virus. La sintomatología descrita en la literatura científica abarca desde ataxia, depresión, convulsiones5,6, ladeo de cabeza, temblores5, incontinencia urinaria, opistótonos, decúbito, agresividad, rigidez generalizada, nistagmo, anisocoria, miosis7, tetraparesia, hiperestesia y alteración de las reacciones posturales4.

En esta comunicación describimos un caso de PIF cuyo motivo de consulta fue la paraparesia de las extremidades anteriores junto con fiebre y anorexia de curso agudo. Lo que difiere en nuestro caso es la sintomatología apreciada, es decir, la paraparesia de extremidades anteriores, ya que en casos descritos de PIF neurológico es infrecuente dicha manifestación.

La sospecha diagnóstica inicial ante la paraparesia fue una posible neoplasia intramedular o una enfermedad infecciosa (como la toxoplasmosis o el PIF). El diagnostico diferencial de lesiones intramedulares se divide mayoritariamente entre lesiones de origen tumoral (linfoma principalmente en gatos), metástasis (raro) o lesiones no tumorales, tales como mielopatías(principalmente PIF)9.

El diagnóstico antemortem de PIF es un desafío. En casos de afectación del SNC, el análisis del LCR se caracteriza por presentar hiperproteinemia con leucocitosis, tal y como sucedía en nuestro paciente. No obstante, según un estudio, gatos con PIF en el SNC pueden presentar recuentos normales de leucocitos en LCR, y gatos con problemas en el SNC sin PIF pueden presentar un recuento elevado de leucocitos en LCR10. Por ello, los hallazgos del LCR de nuestro paciente no fueron suficientes para llegar a un diagnóstico.

Otra posibilidad diagnóstica podría haber sido analizar las IgG anti-cornonavirus en el LCR, aunque este análisis tampoco ofrece un diagnóstico definitivo. Tal y como afirma el mismo estudio, la detección de IgG anti-coronavirus en el LCR en gatos con enfermedad del SNC tiene una sensibilidad del 75% y una especificidad del 87%10

Para llegar al diagnóstico definitivo se necesita analizar los tejidos afectados, en concreto, el piogranuloma que resulta de los fenómenos inmunomediados secundarios a la infección4. La masa intramedular detectada en el TC entre C2-C3 coincidió con el piogranuloma inflamatorio apreciado en ese segmento en la necropsia. El diagnóstico definitivo se obtuvo una vez se detectaron las partículas virales de coronavirus en las meninges mediante inmunohistoquímica.

Este caso pone de manifiesto que en los gatos, la peritonitis infecciosa felina siempre debe tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial cuando se manifiesten signos neurológicos, y en concreto cuando nos enfrentemos a una paraparesia de las extremidades anteriores.

Bibliografía:
  1. Felten, S., & Hartmann, K. (2019). Diagnosis of Feline Infectious Peritonitis: A Review of the Current Literature. Viruses11(11), 1068. https://doi.org/10.3390/v11111068
  2. André, N. M., Cossic, B., Davies, E., Miller, A. D., & Whittaker, G. R. (2019). Distinct mutation in the feline coronavirus spike protein cleavage activation site in a cat with feline infectious peritonitis-associated meningoencephalomyelitis. JFMS open reports5(1), 2055116919856103. https://doi.org/10.1177/2055116919856103
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  4. Diaz, JV, Poma, R. Diagnosis and clinical signs of feline infectious peritonitis in the central nervous system. Can Vet J 2009; 50: 1091–1093.
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  8. Casanova, M. P. S., Mariné, A. F., & Feliu-Pascual, A. L. (2019). Mielopatías en imagen avanzada centradas en mieloTC a través de un caso clínico. Argos: Informativo Veterinario, (211), 48-56.
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  10. Boettcher, I. C., Steinberg, T., Matiasek, K., Greene, C. E., Hartmann, K., & Fischer, A. (2007). Use of anti-coronavirus antibody testing of cerebrospinal fluid for diagnosis of feline infectious peritonitis involving the central nervous system in cats. Journal of the American Veterinary Medical Association230(2), 199–205. https://doi.org/10.2460/javma.230.2.199