PRESENCIA DE TUMOR DE CÉLULAS DE LA GRANULOSA OVÁRICO BILATERAL Y UN FIBROLEIOMIOMA EN PERRA

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
REPRODUCCIÓN Y PEDIATRÍA DE ANIMALES DE COMPAÑÍA (GERPAC)
Instituciones:
(1) HOSPITAL CLINICO VETERINARIO UNIVERSIDAD DE MURCIA. CAMPUS DE ESPINARDO. MURCIA
(2) DPTO. MEDICINA Y CIRUGÍA ANIMAL. FACULTAD DE VETERINARIA. UNIVERSIDAD DE MURCIA
(3) DPTO. ANATOMIA PATOLÓGICA COMPARADA. FACULTAD DE VETERINARIA. UNIVERSIDAD DE MURCIA
Autores:
Alberto Acosta (1)
Marta Soler (1,2)
Clara León (1)
Gonzalo Polo (1)
Antonio Buendía (3)
Xiomara Lucas (1,2)
Introducción:

A nivel general se indica que los tumores ováricos no son muy comunes en la perra, siendo los tumores de las células de la granulosa (TCG) uno de los más frecuentemente hallados. Esto es debido a que este tumor puede sintetizar hormonas como estradiol (E2), progesterona (P4), alfa-inhibinas y hormona antimülleriana1,2,3. Por ello, en esta especie, su presencia se asocia a variados signos clínicos como estro persistente, secreciones vulvares anormales, pancitopenia, incremento mamario o vulvar y/o alopecias bilaterales simétricas, entre otros4. Otros hallazgos relacionados frecuentemente con los TCG incluyen la presencia de hiperplasia endometrial quística (HEQ) y/o piometra y, en menor medida, pólipos endometriales o adenomiosis uterina5,6. En el caso de no producir hormonas, su diagnóstico es más difícil por la ausencia de signos clínicos pudiendo ser confundidos fácilmente con otras patologías ováricas.  Suelen ser unilaterales y, aunque raramente metastatizan, la alta incidencia de patologías uterinas asociadas hace que el tratamiento recomendado sea la ovariohisterectomia (OVH)7.

Descripción del caso/s clínico/s:
Se presentó en nuestro Servicio de especialidad una perra mestiza entera de 16 años y 15 kg de peso. El motivo de la consulta fue la presencia de una secreción vulvar constante de aspecto mucosanguinolento desde hacía unos días y decaimiento. Según la anamnesis, había tenido su último celo hacía 6 meses, siendo más largo de lo normal, y desde entonces, los propietarios la notaban más inquieta y con la vulva inflamada. Dos meses antes, tuvo un cuadro similar que su veterinario trató con un antibiótico. En la exploración física todas las constantes vitales se encontraron en rango. Se apreció un soplo cardíaco grado 3-4 sobre 6 y una ligera resistencia a la palpación en el abdomen craneal. La exploración mamaria y vulvar fue normal, salvo por la presencia de la secreción, siendo realizada una citología vaginalcuyo indice de maduración celular fue de final de proestro/estro.
En base a lo anterior, se propuso la realización de una analítica sanguínea completa junto a un estudio ecográfico abdominal. Todos los parámetros de la bioquímica se encontraron en rangos normales. A nivel hematológico, únicamente se observó leucocitosis (21,37 x109/L; rango 6,0-17,0) con desviación a la izquierda. A nivel ecográfico no se detectaron alteraciones en la mayoría de los órganos evaluados, ni liquido libre a nivel abdominal. A nivel reproductivo, únicamente se observó una masa con múltiples estructuras quísticas (3,5 x 5 cm) en el ovario izquierdo, y en ovario derecho, oviducto y porción craneal del cuerno uterino derecho, otra masa otra masa de características similares y tamaño superior (6 x 5 cm). Por todo ello, los diagnósticos presuntivos fueron: estro persistente, presencia de un tumor ovárico en el ovario izquierdo (probablemente TCG) y, en el lado derecho, de mayor a menor probabilidad, quistes ováricos, pólipo endometrial o HEQ focalizada y/o neoplasia ovárica. Además, se realizó un estudio radiológico del tórax, siendo descartada la presencia de metástasis u otras alteraciones.
El tratamiento recomendado fue la administración de amoxicilina-ácido clavulánico (20 mg/kg/12h vo 10-15 d) junto con la OVH mediante laparotomía. Sin embargo, pese a las posibles complicaciones, los dueños decidieron consultar con otros veterinarios. Quince días más tarde, la perra acudió de nuevo a nuestra consulta por empeoramiento de los signos clínicos, persistiendo la citología vaginal de estro. Finalmente, los dueños aceptaron la cirugía, realizándose la OVH sin complicaciones mediante técnicas convencionales y anestesia inhalatoria. A nivel macroscópico se observó que ambas masas quísticas correspondían a los dos ovarios. Con respecto al útero, se apreció el engrosamiento de toda la pared siendo muy evidente en la zona del cérvix. El estudio histopatológico confirmó la presencia de un TCG en ambos ovarios, HEQ generalizada, así como un fibroleiomioma en el cérvix. El animal se recuperó completamente no observándose ninguna complicación y/o recidiva del proceso hasta la actualidad.
Discusión y conclusiones:
Los TCG suelen generar desequilibrios a nivel del eje hipofisario-gonadal que tiene como consecuencia la elevación de los E2 y, en menor medida, de la P4. Esta liberación de hormonas provoca la proliferación del endometrio uterino dando lugar generalmente a cuadros de HEQ-muco o piometra en la mayoría de los casos (60-90%)8. Esto se debe principalmente a que la P4 secretada de forma crónica provoca la proliferación endometrial exagerada9. En nuestro caso, los signos iniciales del animal fueron compatibles con un estro persistente, signo generalmente descrito en cuadros de quistes foliculares o tumores ováricos productores de E2. Aunque en nuestro caso no podamos confirmar la síntesis concomitante de P4 ya que esta hormona no fue medida, el diagnostico de HEQ realizado tras la OVH podría sugerir su presencia.

En más del 80% de los casos publicados, el TCG es unilateral, benigno y afecta sobre todo al ovario izquierdo5. En nuestro caso, se confirmó la presencia de dicho tumor en ambos ovarios y la ausencia de signos de malignidad. La masa de gran tamaño situada en el lado derecho dificultó el diagnóstico ecográfico inicial dada la bajísima incidencia de neoplasias bilaterales ováricas en la perra. Por otra parte, en relación con el fibroleiomioma, su presencia en fibras musculares lisas del aparato genital se ha descrito con frecuencia en la especie canina, señalándose que estos tumores pueden presentar receptores a los E2 y la P410. Por ello, en nuestro caso, se podría sugerir que las hormonas sintetizadas por los TCG pudieran estar involucradas en su aparición.

En la perra, únicamente se ha publicado en dos ocasiones la presencia concomitante de un TCG en el ovario izquierdo y otro tumor diferente (teratoma) en el ovario derecho11,12. Aunque la presencia bilateral del TCG si ha sido descrita en otras especies como la equina13, hasta el momento, no hay información publicada en la perra acerca de la presencia de este tumor en ambos ovarios junto a la existencia de un fibroleiomioma. Por tanto, este hallazgo debe ser tenido en cuenta al realizar los diagnósticos diferenciales de las patologías ováricas descritas en esta especie.
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