MÚLTIPLES ÚLCERAS Y PERFORACIONES IATROGÉNICAS EN YEYUNO DISTAL E ÍLEON TRAS EL USO DE MELOXICAM EN UN PERRO

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
MEDICINA INTERNA
Instituciones:
(1) Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Murcia. Murcia
(2) Departamento de Medicina y Cirugía Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia. Murcia
Autores:
Inmaculada Gomariz Casanova (1)
Marina S Echalecu (1)
Marta Soler Laguía (1,2)
Helena Gómez Bernal (1)
Nuria Vallés Faus (1)
Gonzalo Polo Paredes (1)
Amalia Duel De Juan (1)
Juana Dolores Carrillo Sánchez (1,2)
Introducción:

En la clínica veterinaria de pequeños animales es frecuente la descripción de lesiones ulcerativas, con o sin perforación, del aparato gastrointestinal de canidos, inducidas por el empleo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) administrados a una dosis inapropiada.1 Sin embargo, también se ha evidenciado el desarrollo de estas lesiones en tratamientos crónicos a dosis terapéuticas, en pacientes con patologías concurrentes como enfermedad hepática, intestinal o sepsis, así como cuando se administran junto a corticoesteroides u otros AINEs.1

La gravedad de las lesiones puede ir desde una inflamación asintomática de la mucosa hasta el desarrollo de úlceras pépticas complicadas con hemorragia y perforación.1 La localización de estas lesiones, se ha descrito tradicionalmente en la mucosa gastroduodenal, aunque estudios recientes han puesto de manifiesto que, con menor frecuencia, pueden desarrollarse en los tramos más distales del tracto digestivo (colon y recto).2

El objetivo de este trabajo es describir un caso clínico atípico de presentación de múltiples úlceras y perforaciones en la porción distal de yeyuno y en íleon en un perro joven tras ser tratado con meloxicam.

Descripción del caso/s clínico/s:

Un Golden Retriever, macho entero, de 3 años y 31 kg, acude a consulta por motivo de vómitos y apatía de dos días de evolución. El paciente había tomado durante cinco días meloxicam (0,1 mg/kg/oral) como tratamiento de una contusión en la segunda falange de la extremidad anterior derecha. El paciente tenía historia de cirugía gastrointestinal por ingestión de cuerpos extraños con perforación intestinal en el año 2019 y dos extracciones endoscópicas, en fechas diferentes, en esófago y estómago en el año 2020. 

El examen físico evidenció dolor a la palpación abdominal. El análisis sanguíneo manifestó una marcada leucopenia (2,95 103/µL (rango:5,20–14x103/µL)), aumento de la proteína C reactiva (97,70 µg/µL (rango:0,00–12 µg/µL)), de enzimas hepáticas (aspartato aminotransferarasa: 75 UI/L (rango:0,00–50 UI/L); alanina aminotransferasa: 140 UI/L (rango:0,00–50 UI/L); fosfatasa alcalina: 286 UI/L (rango:25–19 UI/L)) y del colesterol (345 mg/dL (rango:120–300 mg/dL)).

La ecografía abdominal mostró un aumento de ecogenicidad peritoneal generalizado con líquido libre hipoecogénico y áreas de reverberación. Se visualizaron varios tramos intestinales con un patrón corrugado, presentándose de forma contigua tramos distendidos con peristaltismo intestinal disminuido. Un asa localizada en abdomen medio tenía pérdida de continuidad de su pared con paso del contenido intestinal al espacio peritoneal. Y se observó linfadenomegalia mesentérica. Dichas alteraciones ecográficas eran compatibles con perforación del tracto gastrointestinal.

El estudio citológico del liquido libre peritoneal tomado mediante abdominocentesis confirmó la presencia de un proceso séptico.

Se realizó una laparotomía exploratoria apreciándose poca cantidad de líquido libre en la cavidad abdominal. Se examinó todo el tracto gastrointestinal evidenciándose la serosa de la porción distal del yeyuno congestiva con aspecto hiperémico severo. Y se visualizaron zonas de perforación en el borde antimesentérico de dos porciones de yeyuno distal y en un área proximal de íleon. Se realizó la enterectomia, con una extensión de 28 cm, con el fin de resecar todo el segmento que englobaba las zonas de perforación intestinal. Se hizo una anastomosis latero-lateral con grapadora lineal GIA y omentalización de las líneas de grapado. Para finalizar se lavó de forma exhaustiva la cavidad abdominal con suero salino fisiológico atemperado y se colocó un drenaje activo de Jackson-Pratt (que se mantuvo durante dos días).

El examen macroscópico de la porción intestinal resecada mostro múltiples zonas de úlceras en la mucosa intestinal junto con las perforaciones mencionadas.

El diagnóstico histopatológico fue de enteritis ulcerativa y supurativa multifocal, subaguda severa, con perforaciones multifocales en yeyuno e íleon predominando áreas de serositis/mesenteritis fibrinosupurativa multifocal y fibrosis incipiente.

El tratamiento hospitalario, durante tres días, consistió en la administración de metadona (0,2 mg/kg/4h durante 24 horas, continuada por buprenorfina (0,02 mg/kg/8h), ampicilina (22 mg/kg/8h), marbofloxacino (2 mg/kg/24h), metronidazol (15 mg/kg/12h), metoclopramida (0,3 mg/kg/8h), maropitant (1 mg/kg/24h), omeprazol (1 mg/kg/12h) y fluidoterapia de mantenimiento (2 ml/kg/h).  Como tratamiento domiciliario se mantuvo, durante 10 días, el omeprazol, metronidazol y dieta gastrointestinal. Con una evolución favorable.

Discusión y conclusiones:

En el conocimiento de los autores, este es el primer caso en el que se describe la presentación de perforación en yeyuno distal e íleon tras la administración de meloxicam en un perro. A pesar de que en medicina humana se ha descrito que la toxicidad gastrointestinal de los AINEs convencionales no se limita al estómago y duodeno proximal, sino que puede afectar a otros tramos como yeyuno, íleon, colon y recto,3,4 en medicina veterinaria se ha reportado de manera reiterada, que el daño que producen estos fármacos es generalmente a nivel gastroduodenal1 y únicamente un reciente artículo sugiere que la administración de meloxicam en perros puede estar asociada al desarrollo de ulceración grave y perforación en colon.2

En algunos estudios se ha mencionado que la perforación intestinal puede estar predispuesta a la presencia de enfermedades previas  o concurrentes como patologías intestinales preexistentes, inmunomediadas, endocrinopatías o estados hipotensivos.2,5,6 Nuestro paciente, tenía historia previa de cirugía y procedimientos endoscópicos en el tracto digestivo, lo que podría haber sido un factor determinante de riesgo para el desarrollo de las úlceras y perforaciones intestinales que presentó tras la administración de meloxicam.

Los signos clínicos más comúnmente asociados al uso de meloxicam en perros y gatos son anorexia, vómitos y diarrea.2,5 En nuestro caso, el paciente manifestó solamente apatía y vómitos los dos días previos a la consulta.

El pronóstico de los pacientes con perforación intestinal suele ser de reservado a desfavorable, dependiendo su supervivencia, en gran medida, a un diagnóstico y tratamiento precoz.2,5 En este caso, la evolución del paciente fue favorable, dado que solamente hacía dos días desde que había comenzado la sintomatología y la cantidad de líquido séptico libre en la cavidad abdominal era mínimo.

En conclusión, nuestro trabajo sugiere que la administración de meloxicam en el perro puede estar asociada con el desarrollo de úlceras graves en intestino delgado distal con desarrollo de perforaciones, aunque serían necesarios futuros trabajos de investigación para confirmar dicho hallazgo.

Bibliografía:
  1. Mabry K, Hill T, Tolbert MK. Prevalence of gastrointestinal lesions in dogs chronically treated with nonsteroidal anti-inflammatory drugs. J Vet Intern Med. 2021;35(2):853–9.
  2. Longley MJ, Baines SJ, Chanoit G. Colonic perforation in 4 dogs following treatment with meloxicam. J Vet Emerg Crit Care. 2022;(April 2020):1–7.
  3. Reuter BK, Davies NM, Wallace JL. Nonsteroidal anti-inflammatory drug enteropathy in rats: Role of permeability, bacteria, and enterohepatic circulation. Gastroenterology. 1997;112(1):109–17.
  4. Bjarnason I, Hayllar J, Macpherson AN dre. J, Russell AN thon. S. Side effects of nonsteroidal anti-inflammatory drugs on the small and large intestine in humans. Gastroenterology. 1993;104(6):1832–47.
  5. Thiéfin G, Beaugerie L. Toxic effects of nonsteroidal antiinflammatory drugs on the small bowel, colon, and rectum. Jt Bone Spine. 2005;72(4):286–94. ç
  6. Enberg TB, Braun LD, Kuzma AB. Gastrointestinal perforation in five dogs associated with the administration of meloxicam. J Vet Emerg Crit Care. 2006;16(1):34–43.