El esternón es la parte de la pared torácica que otorga protección y cobertura al corazón y grandes vasos ventralmente.1 Patologías como tumores (primarios o secundarios), traumatismos severos u osteomielitis derivadas de infección tras esternotomía media, pueden necesitar de la resección esternal parcial o total.2 La estabilización de la pared torácica ventral tras la esternectomía parcial o total supone un reto en cirugía torácica oncológica.1,2
Los objetivos de la reconstrucción esternal incluyen, por un lado, conseguir la protección de los órganos intratorácicos y estructuras mediastínicas, estabilización de los movimientos de la pared torácica y restauración de la dinámica ventilatoria fisiológica, evitando alteraciones de la ventilación (tórax batiente, fallo respiratorio y requerimiento de ventilación mecánica)1. Por otro lado, se busca mantener una correcta integridad estética para evitar la deformación de la pared torácica sin rigidez excesiva.1,3
Se han descrito diferentes técnicas para la reconstrucción esternal y cierre de la pared costal en medicina humana, entre las que se incluyen el uso de tejidos autólogos y heterólogos combinado con colgajos musculares.4,5 En medicina veterinaria son pocos los estudios que describen la resolución de defectos esternales de gran calibre, usando principalmente materiales sintéticos, materiales biodegradables o injertos de tejido óseo heterólogo.1-3
En el presente caso, describimos la reconstrucción tras una resección esternal caudal mediante suturas óseas costales (aproximación de 8 costillas) y dos colgajos musculares pectorales profundos bilaterales bipediculados, tras la resección oncológica amplia de una recidiva de un mixosarcoma en la región esternal. Hasta la fecha, no se ha descrito ninguna técnica quirúrgica de reconstrucción de pared torácica ventral usando estos colgajos musculares para el cierre de un defecto de gran calibre.
La técnica de reconstrucción ideal de la pared torácica tras esternectomía parcial o total debería ser capaz de ofrecer un soporte mecánico adecuado de la pared torácica.1 Se han descrito técnicas autólogas mediante colgajo miocutáneo o muscular del latísimo del dorso, oblícuo externo, transverso del abdomen, entre otros, para la reconstrucción de la pared torácica en el perro.6-12 En estos procedimientos, las complicaciones registradas son frecuentes, principalmente asociadas a formación de seroma, necrosis de la piel, infección de la herida quirúrgica, dolor y deformación de la zona.7,12
Las técnicas de reconstrucción de la pared torácica heterólogas consisten en el uso de submucosa de intestino delgado porcino, mallas sintéticas y materiales prostéticos que aporten estabilidad y resistencia al estrés biomecánico.13-16 Son fáciles de manejar y simplifican el procedimiento quirúrgico, pero actúan como cuerpo extraño en el sitio de colocación y pueden producir seroma e infección asociada a una colocación inadecuada o contaminación del campo quirúrgico.13,17
En medicina humana, la técnica más descrita y comúnmente usada para la resolución de este tipo de defectos es el colgajo del pectoral mayor.4,5 Sin embargo, en defectos de gran tamaño, aquellos que incluyen piel y resección de la mitad caudal del esternón suelen necesitar el uso de diferentes colgajos para un cierre adecuado, como son el recto abdominal, latísimo del dorso u oblícuo externo.4,5
En perros, se han descrito técnicas de reconstrucción ósea mediante trasplantes óseos heterólogos1, con matriz de policaprolactona/hidroxiapatita recubierta de células estromales de médula ósea2 o con materiales rígidos bioabsorbibles.3 Sin embargo, estas técnicas están asociadas a mayor tasa de complicaciones postoperatorias a corto y largo plazo. En 2014, Hamaji et al., describieron hasta un 20% de complicaciones principalmente relacionadas con infecciones recurrentes de la herida quirúrgica, llegando a causar mediastinitis letal.
En el presente caso, se consiguió una resolución del defecto mediante la aproximación costal con suturas costales (cerclajes) y una técnica autóloga a través de dos colgajos musculares bipediculados de los pectorales profundos, de forma bilateral, manteniendo la integridad de la pared torácica ventral sin movimiento paradójico durante la ventilación, presentando una función y estética final excelente. A diferencia de estudios previos, se logra un cierre completo del defecto sin necesidad de injertos ni materiales sintéticos o biológicos heterólogos asociados a mayor tasa de complicaciones.3,9
Podemos concluir por tanto que, el uso de colgajos musculares bilaterales y bipediculados del pectoral profundo, como técnica de soporte para el cierre y reconstrucción de una esternectomía oncológica amplia, se puede considerar una técnica adecuada, factible y segura, con bajo índice de complicaciones y con un resultado funcional y estético excelente.