AGRESIVIDAD CANINA EN LA CLINICA DIARIA. A PROPOSITO DE UN CASO CLINICO

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
ORAL
Área temática:
MEDICINA DEL COMPORTAMIENTO ANIMAL (GEMCA)
Instituciones:
(1) Ebavet. Centro de Referencia en Medicina del Comportamiento Animal
Autores:
Rosario Galtier Vallejo (1)
Introducción:

Acude a consulta, una perra Bulldog Francés, castrada, de 9 años, derivada desde el Centro Oftalmológico Veterinario (en adelante, COV), debido a la intolerancia a las manipulaciones y la agresividad que muestra durante las exploraciones veterinarias y la urgente necesidad de intervenir quirúrgicamente.

La conducta agresiva que muestra hacia el equipo veterinario dificulta el manejo postoperatorio, aumentando el riesgo de la pérdida del globo ocular. Por tanto, desde el COV no ven viable la cirugía hasta que mejore la conducta del animal.

Descripción del caso/s clínico/s:

HISTORIA CLÍNICA

La perra nació en la casa familiar y con 6 meses se fue a vivir a otra provincia con su propietario actual, hijo de los propietarios de la madre. Desde hace 4 años, la perra ha tenido que volver a vivir en la casa familiar, quedándose a su cuidado los padres del propietario.

Al regresar, la perra de la familia (su madre), que ya había mostrado agresividad hacia perros, la atacó. Para intentar mejorar la convivencia buscaron ayuda de un adiestrador que -según describen- utilizaba técnicas aversivas (collar de ahogo, toques en el cuello, etc).

Actualmente la perra vive sola con los padres de su propietario y muestra problemas para relacionarse con otros perros. Los paseos son muy estresantes para los propietarios, la perra tira de la correa y reacciona con ladridos desde que detecta a otro perro y, al aproximarse, intenta morder. Para evitar problemas, actualmente pasean en zonas poco transitadas, siempre atada con collar y correa extensible.

La relación con la familia es correcta, pero reacciona de forma agresiva -ladridos y gruñidos- hacia las visitas o personas que intentan interactuar con ella durante los paseos. La agresividad hacia personas aumenta en las visitas al veterinario, ladrando a las personas que se encuentran en la sala de espera e intentando morder al equipo veterinario durante la exploración. Actualmente tienen que utilizar bozal y contención física para poder realizar la exploración oftalmológica.

La familia reconoce que es una perra miedosa, que tiembla ante ruidos fuertes. Además, a causa de la pérdida de visión, comentan que muestra más inseguridad en lugares nuevos y que los paseos nocturnos han empeorado.

Durante la entrevista se detectan pautas de manejo incorrectas, como tirones de correa, uso de castigos excesivos y desproporcionados o forzar interacciones inadecuadas.

Dentro del historial médico destaca la nefrectomía completa del riñón izquierdo a los 2 años, alergia dermatológica, úlceras recurrentes en ambos ojos y pérdida de visión. Desde hace 5 meses está en tratamiento oftalmológico, tras el diagnóstico de cataratas, hipertensión ocular, hialosis asteroidea y sinéresis vítrea en ambos ojos, con pronóstico grave. Además, recientemente el ojo derecho ha empeorado con subluxación del cristalino, por lo que es urgente operar.

Debido a la nefrectomía acuden con regularidad al veterinario, realizando analíticas sanguíneas anuales. En la última analítica se detectó un aumento de la ALT, pero no se han realizado más pruebas diagnósticas.

DIAGNOSTICO

En base a los datos recabados, los problemas detectados son:

- Problemas de manejo durante el paseo

- Falta de enriquecimiento ambiental

- Agresividad hacia personas y perros desconocidos

- Intolerancia a la manipulación veterinaria

- Miedo a ruidos

- Aumento de la inseguridad a causa de la pérdida de visión

Se diagnostica un problema de agresividad por miedo e intolerancia a la manipulación veterinaria(1,2).

TRATAMIENTO

El tratamiento consistió en la realización de un programa de modificación de conducta en colaboración con el COV para tolerar las visitas al veterinario, la exploración oftalmológica y la administración de colirios. Además de recomendar cambios de manejo para mejorar el resto de problemas de comportamiento detectados.

El programa de modificación de conducta consistió en la creación de señales de previsibilidad(3) mediante condicionamiento clásico(4) -dichas señales se utilizarían más tarde durante las consultas de oftalmología reales- y desensibilización y contracondicionamiento(5) a las diferentes pruebas oftalmológicas.

Las primeras sesiones se realizaron en el Centro de Etología simulando una consulta oftalmológica, y posteriormente se realizaron en el COV.

SEGUIMIENTO

Pese a las recomendaciones de trabajar para mejorar la actitud general del animal, los familiares a cargo del animal decidieron centrarse en las pautas para mejorar las visitas al veterinario, dejando de lado el resto de pautas de manejo.

A las dos semanas de la consulta empiezan a notarse avances, la perra entra más relajada hasta la consulta e interactúa con el equipo veterinario sin mostrar agresividad. Un mes más tarde se realiza la cirugía del ojo derecho. El postoperatorio se realiza sin dificultad y la perra muestra una evolución favorable. Por tanto los propietarios deciden suspender el programa de modificación de conducta.

Cuatro meses más tardes, su veterinario nos informa que la visión ha empeorado y la perra ha empezado a manifestar crisis convulsivas, debilidad en las extremidades y otros signos sospechosos de alteración neurológica, por lo que ha sido remitida a servicio de neurología donde se sospecha de proceso encefálico compresivo. Se realiza resonancia magnética, en la que se detecta un tumor cerebral inoperable.
Discusión y conclusiones:

Pese al interés y la preocupación del propietario del animal por su bienestar, al encontrarse a cargo de familiares que mostraban dificultad para seguir las pautas de manejo y la realización de los ejercicios, se dio un pronostico reservado a este caso.

Para facilitar la realización de la modificación de conducta, se simplificaron los ejercicios a realizar por los familiares, centrándose en la creación de señales de previsibilidad, asociando una manta a interacciones positivas (premios y caricias) con el objetivo de mejorar el estado emocional del animal ante la presencia de la manta(3,4). Los ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento fueron realizados por el personal veterinario. La implicación del equipo veterinario del COV contribuyó al cambio de actitud del animal y permitió realizar con éxito la cirugía.

Los problemas de manejo y agresividad en el veterinario dificultan el trabajo diario de los centros veterinarios, retrasando diagnósticos y tratamientos. Por tanto, debería ser primordial para los centros veterinarios formar a sus trabajadores en manejo respetuoso y en cómo facilitar las pautas a las familias(6,7).

Bibliografía:
  1. Horwitz, DF, Neilson JC: Aggression Canine: classification and overview. En: Blackwell’s five-minute veterinary consult clinic companion: canine and feline Behavior. Blackwell Publishing, 2007; 10-17.
  2. Döring D, Roscher A, Scheipl F, et al: Fear-related behavior of dogs in veterinary practice. Vet. J. 2009; 182:38–43.
  3. Amat M, Camps T, Le Brech S, Manteca X: Separation anxiety in dogs: the implications of predictability and contextual fear for behavioural treatment. Animal Welfare, 2014; (23): 263-266.
  4. Alvarez R, Quintana G: Aprendizaje Asociativo. En Alvarez R, Quintana G: Manejo libre de estrés en la clínica veterinaria. Servet, 2020; 31-44.
  5. Alvarez R, Quintana G: Técnicas de Modificación de la Conducta. En Alvarez R, Quintana G: Manejo libre de estrés en la clínica veterinaria. Servet, 2020; 45-52.
  6. Landsberg GM, Hunthausen W, Ackerman LA: Reducing stress and managing fear aggression in the veterinary clinic. En: Behavior Problems of the Dog and Cat 3rd ed. Saunders, 2013; 367-376.
  7. Herron ME, Shreyer T: The pet-friendly veterinary practice: a guide for practitioners. Vet Clin North Am Small Anim Pract 2014; 44(3): 451-481.