QUISTE ÓSEO ANEURISMÁTICO VERTEBRAL EN UN GATO

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
NEUROLOGÍA Y NEUROCIRUGÍA
Instituciones:
(1) Centro Médico Veterinario Delicias
Autores:
María Del Mar López Faisano (1)
Jaime Pérez Rodríguez (1)
Tomás Fernández González (1)
Introducción:

Los quistes óseos son procesos benignos que afectan a perros y gatos, generalmente jóvenes; pueden ser simples, con una única cavidad llena de líquido y revestida por tejido conjuntivo1 o aneurismáticos, lesiones expansivas y osteolíticas formadas por varias cavidades hemáticas separadas por septos de tejido conectivo1-3. Son muy poco frecuentes y pueden afectar tanto al esqueleto apendicular como al esqueleto axial. Pese a su carácter benigno, pueden provocar déficits neurológicos severos en el caso de estar localizados en la columna vertebral.4,5

Descripción del caso/s clínico/s:

Gato, macho, común europeo, de 15 meses de edad. Comenzó con un cuadro de dificultad para defecar (tratada con aplicación de enemas y vaciados manuales de heces) y debilidad discreta del tercio posterior, que, de forma repentina, evolucionó a una tetraparesia no ambulatoria con mayor afectación del lado derecho. En el examen neurológico se observó una hiperreflexia en las extremidades posteriores, con presencia de reflejo extensor cruzado y una disminución de los reflejos flexores de las extremidades anteriores, así como dolor moderado en la manipulación del cuello. 

Se realizaron las siguientes pruebas: una analítica sanguínea, un test de leucemia e inmunodeficiencia, una ecografía abdominal y radiografías de tórax que resultaron normales, además de una radiografía de columna cervical, en la que sí se observó una anomalía, en forma de lesión lítica expansiva que afectaba a la apófisis espinosa y lámina de C6, compatible con quiste o neoplasia ósea (osteosarcoma telangiectásico, hemangioma o hemangiosarcoma).

El estudio de tomografía computarizada (TC) mostró una masa ósea expansiva a nivel de C6, de bordes redondeados y escleróticos, que afectaba al proceso espinoso, lámina y pedículo derecho, penetrando en el aspecto dorsolateral y lateral derecho del canal vertebral, así como en el foramen intervertebral C5-C6 derecho, generando compresión medular y radicular severas a estos niveles, compatible con una lesión ósea benigna como osteocondroma o exóstosis cartilaginosa.

Se recomendó realizar una descompresión quirúrgica pero, debido a la gravedad del estado neurológico, cronicidad y características de la lesión, los propietarios solicitaron una eutanasia humanitaria.

El estudio histopatológico post mortem confirmó la presencia de una proliferación ósea benigna (lesión ósea expansiva con diversas cavidades que contenían eritrocitos libres y células fusiformes; no se observaba cartílago por lo que se descartó osteocondroma y tampoco había indicios de proceso neoplásico), siendo el diagnóstico definitivo un quiste óseo aneurismático.

Discusión y conclusiones:

Los quistes óseos aneurismáticos son muy poco frecuentes en pequeños animales2,4 y los autores no han encontrado ningún caso descrito previamente en la especie felina que afecte a la columna vertebral. Siendo procesos benignos, son localmente agresivos2 por lo que el cuadro clínico del paciente se debe al compromiso medular secundario a la lesión vertebral.

La sintomatología del caso que presentamos era muy inespecífica en la fase inicial, debido a que el mayor diámetro del canal vertebral a nivel cervical en comparación con la región toracolumbar permite que el animal tolere un grado de compresión medular  que habitualmente progresa lentamente y que se puede descompensar de forma repentina provocando déficits neurológicos severos6. En este caso, el paciente nos fue remitido para valoración neurológica cuando ya había desarrollado una tetraparesia de presentación aguda.

Diversos estudios muestran que las radiografías simples permiten localizar y tipificar la lesión ósea, y las pruebas de imagen avanzada, como TC o RM, la extensión de la misma, para poder decidir el tratamiento más correcto, en base al diagnóstico presuntivo2,5,7 En nuestro caso, la TC permitió valorar adecuadamente la existencia de una lesión extradural grave, asociada a las alteraciones óseas benignas, pero para obtener un diagnóstico definitivo fue necesario realizar un estudio histopatológico.2,3,5

Existen gran variedad de opciones terapéuticas (radiación aislada, tratamiento mediante drenaje, legrado y colocación de injerto óseo) cuyo objetivo es esclerosar el endotelio vascular para controlar la circulación sanguínea y mantener la integridad y funcionalidad del hueso,4,7 pero que están asociadas a un pronóstico reservado y alta probabilidad de recidiva. El uso de escleroterapia percutánea está descrito tanto en medicina humana como en veterinaria, con buenos resultados en ambas.4

La cirugía agresiva se considera el tratamiento con menor índice de recidiva y pronóstico excelente. Además, en los casos en los que la lesión cause cojeras, inflamación o dolor debido a la compresión, el tratamiento quirúrgico es el de elección. 1,4,7  En medicina humana, los quistes óseos aneurismáticos afectan principalmente a la pelvis, fémur, tibia y columna vertebral;8 en esta última localización se describe la descompresión quirúrgica, mediante resección completa del quiste óseo y estabilización vertebral, si se precisa, como el tratamiento más adecuado,9 así como métodos mínimamente invasivos tales como embolización selectiva e inyección de anticuerpos monoclonales que inhiben la formación de osteoclastos (Denosumab).8

En el caso expuesto, debido a lo avanzado de la lesión y la gravedad del estado neurológico, obtener márgenes adecuados sin riesgo de recidiva habría resultado muy difícil; no obstante, al no disponer de datos en la literatura veterinaria que corroboren este hecho, y dado que el caso que hemos presentado fue eutanasiado por decisión de los propietarios, serían necesarios estudios con más casos para poder obtener datos más precisos en este sentido.

 

 

CONCLUSIONES

Los quistes óseos aneurismáticos, así como otras proliferaciones óseas de carácter benigno,  deben tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial de las patologías espinales en los gatos, ya que su detección precoz podría permitir realizar un tratamiento adecuado antes de que se produzcan lesiones medulares secundarias que condicionen desfavorablemente el pronóstico del paciente.

Bibliografía:
  1. Towle HA, Breur GJ: Miscellaneous orthopedic conditions. En: Tobias KM, Johnston SA, eds. Veterinary Surgery Small Animal. St Louis: Elsevier Saunders, 1993; 1123-1124.
  2. Kajsa W, Boel A F, Gustaf S et al. Aneurysmal bone cyst in the pelvis of a cat: successful outcome of partial iliectomy with limb preservation. Journal of Feline Medicine and Surgery Open Reports 2020; 1-7.
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  4. Anson A, Soler M, Martinez M et al. Sclerotherapy treatment of an assumed aneurysmal bone cyst in a dog. Vet Rec Case Rep 2020; 1-4.
  5. Benamou J, Lussier B, Alexander K et al. Use of magnetic resonance imaging and histopathologic findings for diagnosis of an aneurysmal bone cyst in the scapula of a cat. J Am Vet Med Assoc 2012; 240 (1): 69-74.
  6. Marioni-Henry K, Van Winkle TJ, Smith SH et al. Tumors affecting the spinal cord of cats: 85 cases (1980-2005). J Am Vet Med Assoc 2008; 232 (2): 237-243.
  7. Nicetto T, Coltro A, Massari F. Tarsometatarsal stabilization after metatarsal bone amputation for treatment of aneurysmal bone cyst in a cat. J Am Vet Med Assoc 2021; 259: 294-299.
  8. Grahneis F, Klein A, Baur-Melnyk A et al. Aneurysmal bone cyst: a rewiew of 65 patients. Journal of Bone Oncology 2019; 1-6.
  9. Abrar WA, Sarmast A, Sarabjit Singh AR et al. Aneurysmal bone cysts of spine: an enigmatic entity. Neurol India 2020; 68: 843-849.