ESÓFAGO DE BARRET EN UN PERRO DE RAZA BULL TERRIER MINIATURA CON SIALADENOSIS QUE RESPONDE A FENOBARBITAL

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
MEDICINA INTERNA
Instituciones:
(1) Hospital Clínico Veterinario Cáceres
(2) Hospital Veterinario Puchol (Madrid)
Autores:
Alba Díaz González (1)
Francisco Javier Duque Carrasco (1)
Patricia Ruiz Tapia (1)
Isabel Rodriguez Piñeiro (2)
Pablo Amengual Battle (2)
Luis Javier Ezquerra Calvo (1)
Nieves Pastor Sirvent (1)
José Ignacio Cristóbal Verdejo (1)
Introducción:

El esófago de Barret es una afección de la zona distal del esófago en la cual el epitelio escamoso estratificado se reemplaza por un epitelio columnar metaplásico1. Ha sido considerado como una condición precancerosa relacionada con el desarrollo de adenocarcinoma esofágico tanto en la especie humana como canina1,2. Se considera una adaptación de la mucosa a lesiones crónicas, por ejemplo, ha sido descrito en casos de reflujo gastroesofágico3 y de megaesófago4.

La sialadenosis que responde a fenobarbital es una patología idiopática rara en perros caracterizada por un aumento de las glándulas salivares sin cambios histológicos a nivel celular5. Sus principales signos clínicos son ptialismo, náuseas, vómitos, hiporexia, e incluso ‘castañeteo’ de la mandíbula5,6. Se ha asociado con una forma de epilepsia límbica, ya que una vez instaurado el tratamiento con anticonvulsivantes se produce una rápida mejoría de los signos7.

Este caso constituye la primera descripción de esófago de Barret en un perro finalmente diagnosticado de sialadenosis que responde a fenobarbital.

Descripción del caso/s clínico/s:

Se presentó en la consulta un perro macho de raza Bull Terrier miniatura, no castrado, de 2 años de edad con historia de vómitos, ptialismo, hiporexia, náuseas y ‘castañeteo’ de la mandíbula desde hacía varias semanas. En la exploración física presentaba ligero aumento de ganglios submandibulares y leve deshidratación. Se hospitalizó con fluidoterapia, antiemético (maropitant) y protectores gástricos (omeprazol y sucralfato). El estudio diagnóstico consistió en: hematología y bioquímica sérica observándose ligera leucocitosis neutrofílica e hipocalemia, leve aumento de la alanina aminotrasferasa y de la Proteína C Reactiva; test serológico rápido para la detección de anticuerpos frente Anaplasma phagocitophylum, Ehrlichia canis y Leishmania infantum obteniendo un resultado negativo; radiografías de tórax y abdomen sin alteraciones; ecografía abdominal mostrando engrosamiento leve de la pared gástrica y ligero aumento de ganglios mesentéricos; análisis coprológico sin observar formas parasitarias; estudio de deglución con contraste (fluoroscopia), en la que no se apreciaron alteraciones; y endoscopia digestiva con toma de muestras cuyos resultados fueron compatibles con esofagitis crónica leve y ligera duodenitis linfoplasmocitaria. Al tratamiento se añadió metoclopramida y dieta hipoalergénica, el paciente mejoró y se le dio el alta.

Tras varios meses presentando vómitos esporádicos, vuelve con un considerable empeoramiento de la sintomatología. Se repite la endoscopia y en esta ocasión se observa una imagen compatible con esófago de Barret confirmándose histológicamente. El animal sigue presentando crisis cada vez más repetidas de vómitos, regurgitaciones, abundante ptialismo, además de vocalizaciones, dolor cervical y aumento en tamaño y consistencia de las glándulas salivares submandibulares. Se constata nuevamente aumento de la proteína C reactiva y leucocitosis neutrofílica. En este punto, la hipótesis diagnóstica principal fue la presencia de una sialadenosis que responde al fenobarbital asociada a una patología cervical inflamatoria (cuerpo extraño, linfadenitis neutrofílica estéril, sialoadenitis, meningitis, discospondilitis, esofagitis grave…). Se realiza una citología del ganglio submandibular y de la glándula salivar adyacente, compatible con hiperplasia linfoide reactiva del ganglio, la glándula salivar no presentaba alteraciones. También se realiza una tomografía computarizada (TC) de la cabeza, cuello y tórax y una punción de líquido cefalorraquídeo (LCR). La TC mostró como hallazgo más significativo un aumento relativo de las glándulas salivares mandibulares y el LCR presencia de pleocitosis mixta con proteínas normales. Mientras se esperan los resultados se comienza con una pauta de fenobarbital a 2,5 mg/kg/12h, mejorando el paciente inmediatamente (cese de los signos clínicos en las primeras horas tras la administración). Tras dos semanas se normalizaron todas las alteraciones analíticas. Cuatro meses tras el diagnóstico el animal continúa asintomático.

Dada la rápida respuesta al tratamiento, y tras descartar otras enfermedades sistémicas que pudieran producir la sintomatología gastrointestinal, el diagnóstico definitivo para nuestro paciente fue de sialadenosis que responde a fenobarbital.

 

Discusión y conclusiones:

El esófago de Barret es poco frecuente en animales y aún menos originado de forma espontánea2,8 por lo que siempre debe buscarse una causa. Los exámenes histológicos disponibles a nueve meses de intervalo confirmaron una evolución temporal de las lesiones iniciales de esofagitis leve. En este caso, el desarrollo de esófago de Barret parece consecuencia del proceso irritativo crónico originado por los vómitos y regurgitaciones asociados a la sialadenosis que responde a fenobarbital. La exposición crónica de la mucosa esofágica a reflujo gastro-esofágico ha sido relacionada con la aparición de este tipo de lesiones tanto en medicina humana como en la especie canina3.

Además, el desarrollo de estas lesiones en el esófago también puede haber contribuido a la agravación/perpetuación de los signos clínicos de vómitos, ptialismo y dolor durante la deglución, ya que estos signos han sido descritos en el síndrome de Barret1.

La etiología de la sialadenosis que responde a fenobarbital se desconoce, aunque se ha asociado a una forma inusual de epilepsia límbica debido a la rápida respuesta a anticonvulsivantes y a hallazgos en encefalogramas compatibles5. A los principales signos clínicos digestivos ya descritos hay que añadir la ventroflexión del cuello asociado a dolor faríngeo5-7,9. Nuestro paciente presentaba estos signos, que además se acentuaban en situaciones de excitación o estrés. Además, el examen del LCR mostró una pleocitosis mixta, cambios similares han sido descritos en un porcentaje bajo de casos de epilepsia idiopática tanto en medicina humana10 como en veterinaria11, aunque es la primera vez que se describen en relación con esta entidad patológica. La rápida respuesta al tratamiento con fenobarbital y la normalización de parámetros de inflamación confirmó el diagnóstico presuntivo y excluyó un problema inflamatorio a nivel del sistema nervioso central.

La sialadenosis que responde fenobarbital es una patología infrecuente, pero debe considerarse en aquellos perros con ptialismo y vómitos recurrentes en los que se hayan descartado las causas habituales de esta sintomatología. Además, presentaciones graves de esta patología podrían dar lugar a la aparición de esófago de Barret en perros.

Bibliografía:
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