FÍSTULA UTEROVESICAL CONGÉNITA CON ATRESIA VAGINAL EN UNA GATA COMÚN EUROPEA a

Tipo:
Casos clínicos
Presentación:
POSTER
Área temática:
DIAGNÓSTICO POR IMAGEN (GEDI)
Instituciones:
(1) Hospital Veterinario Vet24
Autores:
Mireia Cotarelo (1)
Marco Rametta (1)
Mireia Roldan (1)
Introducción:

Las fístulas uterovesicales son conexiones anómalas entre la vejiga y el útero, muy inusuales tanto en medicina humana como veterinaria. Se describe el caso clínico y su resolución en una gata común europea. 

Descripción del caso/s clínico/s:

Se recibe a una gata común europea no esterilizada, de un año de edad, por un cuadro de apatía, anorexia, poliuria, polidipsia, pérdidas de orina, vómitos y temblores de dos días de evolución. No se describen traumatismos ni patologías previas. El animal presenta una deshidratación estimada del 8%, bradicardia e hipotermia leves, ausencia de tono vesical y pérdidas constantes de orina. Resto de parámetros físicos dentro de la normalidad. 

Analíticamente destacan hematocrito del 60%, proteínas totales de 9,6 g/dL, azotemia con BUN 122 mg/dL y creatinina 8,4 mg/dL, hiperfosfatemia, hiponatremia e hipocloremia y leucocitosis moderada neutrofílica con eosinopenia. Radiografías torácicas sin alteraciones. La densidad urinaria es de 1018 y en sedimento urinario se aprecian abundantes neutrófilos y cocos, aunque el cultivo resulta negativo.  

En ecografía abdominal se observa comunicación entre cuerno uterino izquierdo y lumen vesical en la porción dorsal de la vejiga craneal al cuello vesical, además de una leve distensión con contenido hipo/anecoico de ambos cuernos uterinos. Se proponen pruebas de imagen avanzada.

Se confirma el defecto mediante tomografía con contrate endovenoso y contraste negativo tras sondaje uretral. En los estudios postcontraste se observa marcada hipervascularidad de la pared dorsal de la vejiga con vasos tortuosos y aberrantes. Los uréteres presentan una inserción craneal y lateral en el cuerpo de vejiga en lugar de su inserción normal en el trígono. Tras sondaje uretral se realiza insuflación de 20ml de aire y se repite la tomografía en decúbito esternal evidenciando una continuidad del lumen vesical con el lumen uterino. No se observa cuerpo uterino. Posteriormente se realiza una vaginocistoscopia con óptica de 2.7mm evidenciando un defecto en la mucosa dorsal de vejiga y continuidad de lumen con cuerno uterino izquierdo. Se aprecia también ausencia de lumen vaginal, compatible con atresia vaginal. 

Se establece como diagnóstico definitivo una malformación congénita consistente en ectopia ureteral craneal, agenesia de cuerpo de útero y atresia vaginal, y unión de cuernos uterinos en vejiga con comunicación de cuerno uterino izquierdo con vejiga. 

Para la resolución quirúrgica del defecto se practica un abordaje mediante laparotomía por línea media. Se aborda la porción dorsal de la vejiga observando fusión de ambos cuernos uterinos con vejiga y ausencia de cérvix. La inserción de ambos uréteres es lateral a la inserción de los cuernos uterinos y se pueden preservar. Se realiza cistectomía en bloque del punto de unión entre útero y vejiga y ovariohisterectomía. Se cierra el defecto con sutura reabsorbible 4/0. Finalmente se cierra abdomen en capas separadas con suturas reabsorbibles. 

En el estudio histopatológico se evidencia una conexión entre miometrio y componente muscular del lumen vesical adyacente al cuerno uterino izquierdo. También se reporta una leve piometra en ambos cuernos uterinos. 

La gata responde favorablemente, y en la exploración ecográfica a la semana postquirúrgica la imagen abdominal ha normalizado completamente. Dos meses después se visita por un cuadro de ITU por Staphylococcus felis que resuelve con tratamiento antibiótico. 

Posteriormente no volvió a presentar signos clínicos de ningún tipo. 

Discusión y conclusiones:

Las fístulas uterovesicales son conexiones anómalas entre la vejiga y el útero o cérvix, muy inusuales medicina humana y veterinaria.1 De entre todos los tipos de fístulas urogenitales, representan solamente el 2-9% en el caso de medicina humana, y de este porcentaje, la gran mayoría de casos son de origen adquirido y solamente una pequeña fracción son de origen congénito.3  

En medicina humana, se describen mayoritariamente como una complicación quirúrgica tras cesáreas o partos complicados. Entre otros factores de riesgo se consideran traumatismos, radiación, o cuerpos extraños.2,3 Los casos de fístulas urogenitales congénitas descritos en humana son muy escasos y en algunos casos cursan con agenesia renal unilateral y atresia vaginal.1 

Dado que la gata del caso no tenía historia de traumatismos ni cirugías previos y que la comunicación entre útero y vejiga cursaba con atresia vaginal, aunque contaba con ambos riñones, se estableció que el origen de su defecto era congénito.  

Las principales teorías sostienen que las fístulas congénitas pueden ser secundarias a la atresia vaginal, a un arresto de la regresión de los conductos de Müller, o por un aumento de la presión intrauterina e intravaginal en la segunda mitad de la gestación.4 En el caso expuesto, la gata presentaba atresia vaginal, por lo que su defecto podría haberse generado de forma secundaria a esta primera malformación.  

En veterinaria las escasas fístulas urogenitales descritas en la bibliografía están originadas en su mayoría por cuerpos extraños o tras histerectomías5. Aun así, existen casos descritos de malformaciones urogenitales congénitas en perros y gatos, sobre todo en animales hermafroditas o pseudohermafroditas de la especie canina, aunque en su mayoría estas fístulas comprometen principalmente vagina y uretra, o vagina y uréteres.6-9  

Sin embargo, ninguna de estas condiciones se cumplía en nuestro caso, y no se han reportado hallazgos similares excepto en un caso publicado en 20199. En este, el sujeto es una perra cruce de bichón maltés de 5 años, esterilizada, con historia de incontinencia urinaria desde joven, a la que se diagnostica una fístula uterovesical mediante vaginoscopia. Además, se detecta una agenesia renal unilateral, por lo que la principal teoría es que se trate de un defecto congénito. Debido al tamaño reducido del paciente, del mismo modo que en nuestro caso, el abordaje quirúrgico de elección es transabdominal. En la evolución postquirúrgica, también se reporta una infección urinaria de vías bajas tras la cirugía, pero el animal evolucionó favorablemente y se solucionó la incontinencia. 

La diferencia que presenta nuestro caso es que la propietaria menciona la pérdida de orina solamente en relación con el cuadro que presenta la gata al llegar a nuestro centro. La hipótesis se plantea tras realizar la ecografía, aunque en un primer momento no se considera una malformación congénita entre los diagnósticos diferenciales.  

Aunque sean poco comunes, basándonos en la bibliografía, las fístulas urogenitales deberían considerarse en pacientes con historia de incontinencia urinaria, infecciones de orina recurrentes, agenesia renal u otras alteraciones a nivel genitourinario como atresia vaginal, o hembras con historia de ovariohisterectomía o traumatismo. 

Bibliografía:
  1. Jóźwik M, Jóźwik M, Zaręba K, Semczuk A, Modzelewska B, Jóźwik M. (2018) Congenital vesicouterine fistulas—A PRISMAcompliant systematic review. Neurourol. Urodyn, 1–7.
  2. Wong, Micheline J.; Wong, Keri; Rezvan, Azadeh; Tate, Alison; Bhatia, Narender N.; Yazdany, Tajnoos (2012). Urogenital Fistula. Female Pelvic Med. Reconstr. Surg., 18(2), 71–78.
  3. Mellano, Erin M.; Tarnay, Christopher M. (2014). Management of genitourinary fistula. Curr. Opin. Obstet. Gynecol. 26(5), 415–423
  4. Maciej Jozwik; Marcin Jozwik (2003). The mechanism of formation of congenital vesicouterine and rectovaginal fistulas. Early Hum. Dev. 71, 171–173.
  5. W. EDWARD ALLEN; P. M. WEBBON (1980). Two cases of urinary incontinence in cats associated with acquired vagino-ureteral fistula. J Small Anim Pract, 21(7), 367–371.
  6. Thompson JL, Liuti T, Albuquerque C, Murgia D. (2021) Congenital Urethrovaginal Fistula with Blind-Ending Vagina in a Female Pseudohermaphrodite Dog with Urinary Incontinence. J Am Anim Hosp Assoc.; 57(5)
  7. Jackson DA, Osborne CA, Brasmer TH, Jessen CR. (1978) Nonneurogenic urinary incontinence in a canine female pseudohermaphrodite. J Am Vet Med Assoc.; 172(8): 926-30.
  8. Gregory SP, Trower ND. (1997) Surgical treatment of urinary incontinence resulting from a complex congenital abnormality in two dogs. J Small Anim Pract.; 38(1): 25-8.  
  9. Shea, E. K., Berent, A. C., & Weisse, C. W. (2019). Vesicovaginal fistula in a dog with urinary incontinence. J. Am. Vet. Med. Assoc., 255(4), 466–470.