La agresividad en el gato es el segundo problema de comportamiento más reportado en la consulta de etología felina. Ante cualquier alteración comportamental deben descartarse en primer lugar las causas orgánicas que pueden justificarla.
La criptorquidia se considera una anomalía congénita poco frecuente en el gato (la bibliografía establece una prevalencia del 1.3-3.8%) y las neoplasias testiculares se consideran muy raras en esta especie; existiendo poca bibliografía al respecto.
Se presenta el caso de un gato cruce de persa de 6 años que acude a consulta tras tres episodios de agresividad territorial con lesiones hacia un miembro de la familia y un desconocido. En el examen físico se observan espículas peneanas, la analítica sanguínea general (incluyendo valores tiroideos) es normal y la ecografía abdominal revela la presencia de un testículo criptórquido con forma y tamaño anormales que, tras estudio anatomopatológico, se diagnostica como tumor de células intersticiales (o de Leydig).
Tras 4 meses de la criptorquidectomía el paciente no ha vuelto a protagonizar episodios de agresividad, las espículas han desaparecido y la familia concluye que vuelve a tener un comportamiento completamente normal.
A pesar de la baja prevalencia tanto de la criptorquidia como de las neoplasias testiculares en los gatos, ambas alteraciones deben formar parte del diagnóstico diferencial de gatos machos con alteraciones del comportamiento.