La anestesia felina es diferente a la del perro en muchos aspectos, entre los que destacan el metabolismo de fármacos, y por tanto la efectividad, dosis y efectos adversos de los fármacos anestésicos. La mortalidad anestésica en la especie felina es superior a la canina, quizás por sus enfermedades subclínicas, su menor tamaño o su estrés y temperamento, que hacen que el manejo sea diferente y de ahí la aparición de complicaciones durante o tras la anestesia general. La evaluación pre-anestésica, a veces puede resultar algo mas complicada de realizar, incluso llegando a tener que sedar al animal para poder realizar las pruebas complementarias pertinentes (laboratoriales y de diagnóstico por imagen), lo que puede afectar a los resultados. Con respecto a la monitorización durante la anestesia, hay que tener en cuenta las pequeñas diferencias en valores de referencia así como variables fisiológicas para interpretar lo que el monitor nos marca en cada momento. Adicionalmente, el comportamiento felino es muy distinto al del perro, por lo que debemos asegurar un correcto reconocimiento y tratamiento del dolor durante todo el perioperatorio. En la siguiente ponencia nos vamos a centrar en el manejo anestésico en la especie felina, describiendo las diferencias tanto anatomo-fisiológicas, como de metabolismo de fármacos y protocolos anestésicos aplicables a situaciones clínicas. Por último veremos las complicaciones mas frecuentes que vamos a encontrar durante la anestesia de estos pacientes tan especiales.