El trabajo en la clínica es un reto, y la COVID nos reveló la necesidad de adaptar y encontrar mejores maneras de trabajar para poder proporcionar la atención que nuestros clientes y pacientes necesitan. La productividad ha estado relacionada durante demasiado tiempo con el hecho de estar ocupado cuando, en realidad, a menudo son hechos opuestos. El trabajar más duro e intentar hacer más trabajo no es una estrategia sostenible para conseguir el éxito sino más bien una receta para la enfermedad, desgaste profesional y, al final, causa del número creciente de personas que abandonan la profesión. Trabajar de forma más inteligente comienza con saber dónde estamos gastando nuestro mejor capital, el tiempo y la energía. Hablaremos de la importancia de trabajar en flujos, la diferencia entre urgencia e importancia, y dónde gastamos gran parte de nuestro tiempo. Trabajar de forma más inteligente también supone trabajar de forma más eficiente como equipo, con una delegación efectiva y el uso inteligente de la tecnología.