La radiografía es el pilar y modalidad de primera línea para el cribaje y la identificación de neoplasias del esqueleto apendicular en pequeños animales. El TAC se considera superior a la radiografía en la detección de cambios óseos y lisis, pero es bastante más caro y menos accesible que la radiografía. Cambios tales como el grado o tipo de destrucción ósea, reacción perióstica, bordes del foco de lisis, zona de transición entre el hueso lisado y el hueso anormal, la destrucción cortical y la tasa de cambios patológicos del hueso determina el grado de agresividad de la lesión ósea. La capacidad para identificar lesiones óseas agresivas es extremadamente importante. No obstante, los pacientes con osteomielitis o neoplasias del esqueleto apendicular presentan lesiones óseas agresivas. Aunque la distinción definitiva entre una neoplasia ósea agresiva y una osteomielitis infecciosa no es siempre posible, hay ciertos criterios que pueden ayudar a clasificar y priorizar los diagnósticos diferenciales. En esta charla explicaremos un sencillo abordaje en ‘5 pasos’ para afrontar las lesiones óseas agresivas en el esqueleto apendicular. Compartiremos algunos casos ejemplo para demostrar este abordaje en ‘5 pasos’.